Santa Claus, Papá Noel o San Nicolás es un personaje representativo de la Navidad que durante décadas ha ilusionado a millones de niños de Oriente y Occidente con sus tan esperados regalos.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál es el origen de este simpático vejete panzón, de larga barba blanca, capucha y chaqueta roja con adornos de piel en blanco y grandes botas?
Te contamos que existen varias leyendas sobre de dónde proviene Santa.
Una de ellas es que según la historia cristiana, Nicolás era hijo de una familia acomodada. Su padre deseaba que siguiera sus pasos comerciales en el mar Adriático, mientras su madre pretendía que fuera sacerdote como su tío, el obispo de Mira (Turquía).

Debido a la peste, sus padres fallecieron mientras trataban de ayudar a los enfermos de su ciudad. El joven, turbado con la situación de la gente ante esta enfermedad, repartió sus bienes entre los necesitados y partió hacia Mira para vivir con su tío y ordenarse como sacerdote, cosa que logró a los 19 años.
Años más tarde, al morir su tío, fue elegido para reemplazarlo como obispo de Mira.
Se dice que su relación con los niños nace de una historia que cuenta que un criminal acuchilló a varios pequeños, entonces Nicolás rezó por ellos y los curó.

Además, se cuenta que él realizaba milagros y era muy bondadoso con la gente pobre. Tal fue la admiración que sintieron por él que se convirtió en santo patrón de Grecia, Turquía, Rusia y la Lorena (Reino de Aragón). En Europa, su festividad se conmemora el 6 de diciembre.
Repartidor de regalos. Otra leyenda cuenta que su fama de repartidor de obsequios se basa en una historia que relata que un hombre pobre, padre de tres hijas, no podía casarlas por no tener la dote (donación especial que se hace al marido, de parte de la familia de su mujer, con la finalidad de contribuir a las cargas económicas derivadas de la celebración del matrimonio).

Al carecer las muchachas de la dote parecían destinadas a quedarse solteras. Se cuenta que cuando San Nicolás se enteró de la situación, les entregó una bolsa llena de monedas de oro a cada una de ellas.

Todo esto fue hecho en secreto por el sacerdote, ya que no quería que nadie supiera de su buena acción. Para ello entró por una ventana y puso la bolsa de oro dentro de los calcetines de lana que las chicas habían colgado sobre la chimenea para secarlos.
Otras historias. Algunos historiadores de siglos pasados aseguraban que Santa llegó al continente americano traído por los colonos holandeses.
Pero fue la literatura la que se encargó de hacerlo bastante popular en el siglo XIX; primero, un relato de Washington Irving lo dio a conocer y, luego, un poema de Clarke Moore lo describió como un simpático duende, ataviado con pantalón y chaqueta de color rojo vivo, con ribetes de peluche blanco, y grandes botas negras.
Entre 1860 y 1880, el ilustrador Thomas Nast reforzó aún más la leyenda del personaje, que aparecía fabricando regalos en su taller del Polo Norte y tenía una lista de niños buenos y malos de todo el mundo.

Creencia actual. En estos tiempos se cree en el mito de que Santa Claus viviría en las proximidades del Polo Norte, específicamente en Laponia (una región geográfica de Europa del Norte), junto su esposa, la señora Claus, y una gran cantidad de duendes que le ayudan en la fabricación de los juguetes que le piden los niños a través de cartas.

La leyenda señala que para poder transportar los regalos, Papá Noel los guarda en un saco mágico y que luego los reparte durante la medianoche del 25 de diciembre en un trineo mágico volador tirado por “renos navideños”.

Santa Claus podría entrar en los hogares de los niños, al transformarse en una especie de humo mágico; y así llegar por la chimenea u otro orificio de las casas, si éstas no disponen de una.
Pero no todos los niños reciben regalos. Para saber quiénes merecen obsequios, se supone que tiene un telescopio capaz de ver a todos los pequeños del mundo, además de contar con la ayuda de otros seres mágicos que vigilan su comportamiento.