Ya no está con nosotros la nutricionista que nos enseñó a comer para vivir

Ya no está con nosotros la nutricionista que nos enseñó a comer para vivir

A Marisela Mañón, In Memóriam
Después de la muerte de la periodista Elsa Expósito, me dije que ya no iba a escribir sobre los y las amigas que se han ido de este plano existencial, pero cuando se trata de alguien que ha dejado un legado, considero como una iniquidad no exponer sus aportes a la sociedad dominicana, no solo para que sea recordada, sino para que se conozca lo que fue esa mujer excepcional, Marisela Jiménez de Mañón.
Marisela, con una gran vocación de servicio inició en el periódico El Siglo la sección El Menú de la semana. Era una página muy buscada porque ayudó mucho a las amas de casa a planificar la alimentación de sus familias con elementos accesibles fácilmente en el mercado.
En 1990 nos conocimos, hicimos química, porque en el programa Con el Consumidor, con el que colaboró por mucho tiempo, necesitábamos una persona que tuviera la capacidad de comunicación de ella, pero más que eso los conocimientos sobre la materia.
Marisela fue de las primeras nutricionistas del país. Estudió nutrición en la Universidad de Chile y luego amplió sus conocimientos en varias instituciones nacionales y extranjeras, mediante congresos, seminarios y talleres.
Siempre mostró un gran interés por la nutrición aplicada, sobre todo enseñando a los dominicanos la gran cantidad de nutrientes y micronutrientes que contienen los productos locales, que como estrategia para la prevención de hambruna son un insumo prodigioso por el hecho de vivir en una isla.
Trabajó muchos años con la entidad internacional CARITAS, donde ayudó a miles de niños desnutridos del país en la década de los 70 y 80.
Recuerdo que me contó como con “higaditos de pollo y batata” los niños desnutridos dejaban de serlo en tan solo dos semanas.
Ella no quería proyectar su imagen como chef o cocinera, sino como lo que era, una gran nutrióloga. De ahí, que se dedicara en los últimos años a trabajar “la cocina diferente” una idea que se nos ocurrió en una reunión de trabajo, para diferenciar lo que hacía en la televisión de lo que hacen las demás que tienen programas de cocina. “Altagracia, hay que educar a este pueblo”, y así nos enseñó a comer para vivir con recetas dedicadas a personas hipertensas, con cáncer, diabetes, problemas del hígado y otros padecimientos.
“Las dietas son muy aburridas, pero podemos cambiar la presentación, los colores y sabores de los alimentos de los que necesitan un régimen especial”, y así entregó cientos de recetas con insumos que van desde jugos, vegetales y las raciones alimentarias para mantenernos saludables.
El programa Con el Consumidor, junto con el Despacho de la Primera Dama, cuando la vicepresidenta fungía como tal, se editó un recetario para mujeres con cáncer de mamas, que fue puesto en circulación en una feria del Libro. Marisela no cobró un centavo por ese gran aporte, porque el desinterés era parte de sus atributos.
Nos quedamos con proyectos pendientes; tenía mucho que aportar a este país y fue para mí la impulsora del cambio de estilo en la dieta de los dominicanos. Hasta siempre amiga.

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