¡Ya tengo una hermanita!

¡Ya tengo una hermanita!

Con todos los cambios que conlleva la llegada de un bebé a la familia, es normal que los hermanos mayores se porten mal mientras hacen un esfuerzo por adaptarse a esos cambios.

Es muy probable que tu hijo mayor responda de formas distintas: a veces estará fascinado, otras celoso, desinteresado, curioso o arriba de ti. Su comportamiento dependerá en parte de su temperamento. Indudablemente los niños que son más flexibles, tienen más posibilidades de adaptarse más fácil y rápidamente que los niños que necesitan tiempo para acostumbrarse a los cambios y prefieren las rutinas.

La reacción de tu primogénito a la llegada del o la bebé, puede ser con comportamientos inusuales con el fin de llamar la atención tuya y de su padre. No te extrañes si encuentras conductas poco comunes en tu hijo, tales como: portarse mal, olvidar decirte que necesitaba ir al baño o tener un ataque de rebeldía, entre otros.

Para evitar estos comportamientos, se recomienda que durante el embarazo le hables a tu hijo sobre su nueva hermanita/o, así como de los posibles cambios que habrá en el hogar, pero más que nada de las cosas que podrán vivir y disfrutar juntos. “Si le hablas a tu hijo mayor sobre su nuevo hermanito, ayudarás a que el niño vaya aceptando la idea de compartir a sus padres con alguien más y cuando el nuevo bebé nazca, es probable que el hermano mayor llegue a sentirse orgulloso de su nuevo hermanito”.

Hay ciertas claves básicas, para tratar de armonizar la aceptación de su hermanito/a a la familia y más aún la relación que se forjaría entre ellos:

-Dale tareas especiales

Deja que tu hijo mayor ayude. Cuando bañes al bebé, quizás quiera enjabonarle las piernas. Seguro que le gusta que lo envíes a buscar pañales. Cuando el bebé llore, pídele que le dé palmaditas suaves en la espalda o que le hable en voz baja. Si quiere sujetarlo, ponlo junto a ti y deja que comparta al bebé mientras éste reposa en tu regazo.

-Deja que sea él quien entretenga al bebé o pídele consejos.

Los niños entre 1 y 3 años suelen tener una idea bastante clara de cómo divertirse: les gusta cantar, bailar o hacer piruetas, y los bebés son un público muy agradecido. Tu pequeño no sólo gozará con la atención que le prestas, sino que probablemente se sienta orgulloso de poder hacer reír a su hermana. Ponlo en tu regazo o junto a ti y pídele que cante contigo o aplauda al bebé.

Si tu hijo mayor ya tiene dos años o más, puedes pedirle consejos para hacerle sentir importante.

-Léele cuentos sobre su nuevo rol en la familia.

Leerle cuentos sobre bebés puede ayudarle a adaptarse a la nueva situación.

-Pasa un poco de tiempo con él a solas.

Pasa un poco de tiempo cada día con tu hijo mayor, aunque sean sólo unos pocos minutos, dibujando o jugando con los bloques. Estos momentos lo hacen sentirse especial y le recuerdan que también eres su mamá, no sólo la del bebé.

Si en el transcurso de estos primeros meses de adaptación a su hermano/a, su hijo/a mayor se porta mal, no permita que se salte las normas básicas de convivencia, ni sea demasiado blando con él, pero haga un esfuerzo por entender qué sentimientos pueden estar motivando ese comportamiento. Tal vez la mala conducta sea un indicador de que su hijo/a mayor necesita más atención personalizada de sus padres. Y en dado caso, transmítale el mensaje de que, a pesar de que sus sentimientos son importantes y legítimos, debe expresarlos de formas apropiadas.

 

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