Yodo radioactivo como tratamiento definitivo del hipertiroidismo

Yodo radioactivo como tratamiento definitivo del hipertiroidismo

Médico Nuclear, coordinadora Unidad Medicina Nuclear del HGPS
La tiroides es una glándula en forma de mariposa ubicada en la región anterior del cuello, la cual se encarga de producir dos importantes hormonas utilizando el yodo que ingerimos en ciertos alimentos. Estas hormonas son la triyodotironina (T3) y tiroxina (T4), y las mismas se encargan de regular el metabolismo del cuerpo.
Cuando la glándula tiroides está muy activa produce un exceso de estas hormonas, lo cual acelera el metabolismo corporal. Esta patología se llama hipertiroidismo y se manifiesta con pérdida de peso, aumento del apetito, taquicardia o palpitaciones, sudoraciones, intolerancia al calor, nerviosismo, temblores, ansiedad, cambio de carácter fácil, irritabilidad, insomnio, aumento en el número de evacuaciones, exoftalmos, pérdida del pelo, uñas frágiles y quebradizas, piel fina, debilidad muscular, cansancio y cambios menstruales.
El hipertiroidismo puede ser primario, que es cuando la etiología está en la misma tiroides, o secundario, cuando está fuera de ella. Las principales causas de un hipertiroidismo primario son:
1. Enfermedad de Graves o bocio difuso tóxico: es la causa más común del hipertiroidismo, representando entre el 70 – 80 % de los casos. Se debe a una respuesta anormal del sistema inmunitario del paciente que lleva a la glándula tiroidea a producir hormonas en exceso.
2. Nódulo autónomo o adenoma tiroideo tóxico: es un tumor benigno del tiroides que se manifiesta como un nódulo único que produce hormonas tiroideas en exceso.
3. Bocio multinodular tóxico o enfermedad de Plummer: esta patología se manifiesta con múltiples nódulos de diferentes tamaños e hiperproducción de hormonas tiroideas.
4. Tiroiditis sub-aguda: es producida por una infección viral en la tiroides, la cual provoca una brusca destrucción de la glándula y salida de las hormonas tiroideas almacenadas hacia la sangre.
5. Hipertiroidismo inducido por yodo.
El hipertiroidismo secundario es poco frecuente y suele deberse a tumores fuera de la glándula tiroides que estimulan la producción de hormonas tiroideas, o por ingestión de hormonas tiroideas en exceso.
El diagnóstico del hipertiroidismo se realiza a través de un análisis de sangre, midiendo los niveles de la hormona T4, la cual estará elevada. También puede medirse la hormona estimulante de la tiroides (TSH), la cual estará suprimida en los casos de un hipertiroidismo primario. Una TSH normal generalmente descarta una enfermedad tiroidea. La medición de anticuerpos anti-tiroideos también contribuye al diagnóstico. La gammagrafía de tiroides es también una herramienta importante en el diagnóstico del hipertiroidismo, de gran utilidad para diferenciar entre las diferentes causas de la tirotoxicosis.
Por lo general, el hipertiroidismo es curable y solo rara vez es potencialmente mortal. Es importante tratarlo para prevenir complicaciones cardíacas o prevenir una tormenta tiroidea, la cual es una condición rara, pero grave, que pudiese inclusive llevar a la muerte.
El tratamiento adecuado depende de la causa que lo produzca. En el caso de la enfermedad de Graves, el adenoma tóxico o el bocio multinodular tóxico existen tres modalidades de tratamiento: los medicamentos anti-tiroideos, el yodo radiactivo o la cirugía. La tiroidectomía es una opción cuando otros tratamientos han fallado o están contraindicados, o en algunos casos, cuando un bocio es tan grande que provoca síntomas compresivos.

Terapia de yodo radiactivo
El yodo radioactivo o radioyodo (I-131) es un isótopo del yodo que emite radiación y tiene una vida media de ocho días.
En el mundo de la medicina, específicamente dentro del campo de la Medicina Nuclear, se ha utilizado de manera segura durante décadas para tratar el hipertiroidismo.
El yodo radioactivo se administra al paciente vía oral, es absorbido en el tracto gastrointestinal y pasa al torrente sanguíneo, donde es atrapado por las células tiroideas produciendo una destrucción celular debido a las radiaciones ionizantes en la forma de emisión beta de alta energía. El efecto del yodo radioactivo se manifiesta en 1 a 6 meses posterior al tratamiento.
El I-131 generalmente es el método de elección para tratar hipertiroidismo en los siguientes casos:
• Bocio multinodular tóxico.
• Pacientes mayores de 30 años.
• Pacientes de cualquier edad que presenten complicaciones médicas o que el tratamiento haya fallado.
• Pacientes con enfermedad de Graves en quienes drogas antitiroideas produzcan efectos secundarios intolerables, o que no controlen adecuadamente la enfermedad.
• Pacientes con hipertiroidismo luego de una tiroidectomía si una segunda intervención puede ser de riesgo.
• Niños que presenten toxicidad a las drogas antitiroideas.
• Pacientes que no quieran otra terapia.

Por lo general el paciente necesitará una única terapia. La dosis de yodo a recibir es pequeña, ya que queremos destruir sólo parte de la glándula para regular la producción hormonal. La misma dependerá del tamaño de la glándula y de la presencia o no de nódulos. La mayoría de los laboratorios utilizamos una dosis 10-15 mCi de I-131 para tratar bocios difusos y de 20-30 mCi para tratar bocios nodulares. En el raro caso de necesitarse, la dosis puede repetirse 3 o 6 meses después de haber aplicado la terapia anterior.

Preparación y efectos secundarios

La preparación para recibir una terapia con yodo radioactivo es muy sencilla y consiste en suspenderse de 3 a 5 días antes los medicamentos anti-tiroideos, que podrán re-administrarse de 7 a 10 días después del tratamiento si están clínicamente indicados, sin que afecte el resultado del mismo. Los beta bloqueadores no tienen que suspenderse porque no afectan la función tiroidea ni la captación del yodo por el tiroides.

Para maximizar la captación del yodo radioactivo por la tiroides, se indicará al paciente una dieta baja en yodo, que deberá llevar desde 2 semanas antes de la toma y por 5 días posterior a la misma.
El uso del yodo radioactivo es muy seguro. Como es absorbido sólo por las células tiroideas no habrá daño a otros órganos. Muy rara vez produce alergias y los efectos secundarios son mínimos. A corto plazo el paciente puede tener leve dolor en el área del tiroides, lo cual se trata con analgésicos comunes. También puede presentar disminución en la producción de saliva por irradiación de las glándulas salivares, lo que mejora con la ingesta de jugos y caramelos ácidos que estimulen la producción de saliva.
A largo plazo, el paciente pudiese desarrollar un hipotiroidismo, es decir poca producción de hormonas tiroideas en la glándula tiroides. Al menos la mitad de los pacientes presentarán hipotiroidismo hasta 10 años después de la terapia. Este efecto secundario es fácilmente tratable administrando hormonas sustitutivas del tiroides en forma de pastillas diarias, y no representa una amenaza a la vida del paciente como el hipertiroidismo.

Otras complicaciones son raras. Ya que se utilizan dosis bajas de radiación, no existen evidencias de que aumente la incidencia de cánceres o malignidades, no hay cambios en la fertilidad o daños genéticos, una tormenta tiroidea ocurre en menos del 0.1 % de los pacientes, y es infrecuente una tiroiditis por radiación.

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