Zanahoria, ¿cruda o cocida?

Zanahoria, ¿cruda o cocida?

Las distintas variedades se suceden a lo largo de todo el año, pero las mejores son las que se recogen en primavera, pequeñas, más finas y se venden en manojos. Al ir a comprarlas debemos elegir las pequeñas, tiernas y nuevas; las maduras tienen el interior leñoso y resultan menos agradables.

Se conservan perfectamente durante dos semanas en el cajón de las verduras del frigorífico, aunque es conveniente consumirlas cuanto antes. Si se han comprado hace tiempo y han perdido parte de su firmeza, podemos remojar las zanahorias en agua helada, esto les devuelve algo de su antigua textura al recuperar parte del agua que han perdido.

CRUDAS O COCIDAS
Esta hortaliza ofrece un sinfín de posibilidades:

 Cruda: Los ejemplares más tiernos son perfectos para rasparlos un poco, lavarlos bien y disfrutarlas tal cual, cortadas en bastoncitos, ralladas, en ensaladas, postres o incluso encurtidas. Si son algo viejas, es conveniente pelarlas e incluso quitarles la parte leñosa y dura que tiene en el centro.

 Cocida: De esta manera podemos incluirlas en cremas, flanes de verduras, rellenos, sopas, guisos, menestras, ensaladas… Las zanahorias deben cocerse en la mínima cantidad de agua posible, porque de este modo se producirá una menor pérdida de nutrientes.

No conviene pelarlas ya que su piel es fina y justo debajo se concentran muchos nutrientes; lo mejor es rasparlas con un cuchillo. Si son grandes, una vez raspadas, cortarlas en cuartos, en sentido longitudinal o en rodajas. Se lavan bien y se disponen en una cacerola con agua fría, que apenas las cubra, y se llevan a ebullición. Se dejan cocer a fuego lento, tapadas, durante unos 10 minutos, comprobando si están en su punto con la punta de un cuchillo. Se cuelan y se refrescan con agua fría. Podemos utilizar el caldo de cocción para enriquecer salsas o guisos.

LA REINA DE LA VITAMINA A

La zanahoria es indispensable para el crecimiento de los niños, se utiliza en el desarrollo y el buen funcionamiento de la estructura ósea. También favorece la resistencia a las infecciones y la formación de los dientes.

Protege el tejido epitelial y las mucosas de la nariz, la boca, los ojos, las orejas, los pulmones y el tracto digestivo y urinario. Además, su presencia protege del cáncer y de los daños originados por los radicales libres, causantes del envejecimiento prematuro. También favorece el crecimiento del pelo y las uñas.

Tiene un papel básico a la hora de producir la proteína que permite percibir luces de baja intensidad, por lo que la vista, sobre todo la nocturna, es una de las mayores beneficiadas. También ayuda a combatir las cataratas.

Cuando consumamos zanahorias es muy importante no olvidar que la vitamina A es liposoluble, es decir, que sólo puede ser absorbida por el organismo en presencia de grasas. Por eso es aconsejable tomarlas en compañía de alimentos con cierto contenido en lípidos como pescado, carne, queso, huevos… o condimentada con un poco de aceite de oliva.

También es rica en vitaminas B1, B2 y C y minerales como potasio, sodio, calcio y fósforo. Ayudan a prevenir las enfermedades coronarias y la apoplejía.

Constituyen un laxante suave, por su contenido en fibra y agua. Contienen pectato de calcio, un tipo de fibra capaz de reducir el colesterol. Recientes investigaciones ha afirmado que con dos zanahorias diarias se pude reducir hasta 20% el nivel de colesterol en la sangre. Y, además, es muy baja en calorías, solamente 27 calorías por 100 gramos, lo que las hace tan ligeras como saludables. EFE REPORTAJES.

POSTRE DE ZANAHORIA

Ingredientes:
– 400 gramos de zanahorias ralladas
– 40 gramos de azúcar
– 150 miligramos de zumo de naranja  natural
– 30 gramos de mantequilla
– 2 cucharadas de agua de rosas
– 1/2 cucharadita de canela

Preparación:

En una sartén antiadherente derretir la mantequilla y saltear las zanahorias ralladas durante unos 15 minutos o hasta que adquieran un intenso tono dorado; incorporar el azúcar y el agua de rosas y saltear hasta que la totalidad del azúcar se funda; proseguir la cocción agregando una pequeña cantidad de zumo de naranja cada pocos minutos para mantener húmedas las zanahorias; cuando se haya vertido todo el zumo, seguir salteando la mezcla hasta que el exceso de humedad se haya evaporado y la zanahoria rallada esté blanda y jugosa, de 10 a 15 minutos en total.

Pasar la zanahoria a una fuente de servir y dejar enfriar hasta que comience a estar tibio; también se puede refrigerar la mezcla y servirla fría; antes de servir espolvorear con una cucharadita de canela molida.

CREMA FRÍA DE ZANAHORIA CON CIGALITAS

Ingredientes:
– 1 kilogramo de zanahorias medianas
– 8 cigalitas frescas
– 1/4 litro de zumo de naranja
– 1/2 litro de zumo de zanahorias
– 1/2 litro de caldo de ave
– 2 dientes de ajo
– 10 gramos de comino en polvo
– Aceite de oliva
– Sal y pimienta

Preparación:

Raspar las zanahorias y cortarlas en rodajas finas. Disponer una base de zanahorias sobre el fondo de una cazuela de acero inoxidable. Repartir los ajos pelados y picados y los cominos por encima. Verter el zumo de naranja y salpimentar. Tapar y cocer, a fuego suave durante 1 hora y media. Dejar enfriar y reservar 4 cucharadas soperas de zanahorias.

Poner de nuevo la cacerola al fuego y añadir el caldo de ave y el zumo de zanahoria. Hervir y rectificar de sal y pimienta. Pasar por la batidora y después por el chino.

Saltear las cigalitas peladas con unas gotas de aceite. Servir la crema en el plato, con las zanahorias reservadas en el centro y las cigalitas por encima. EFE REPORTAJES.

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