¡Ay mi hijo yo no sabía que te odiaban tanto para matarte como un perro, fue una traición!, entre lágrimas y gritos pedía una de las parientes de Edwin Omar Cabrera González, alias El Muerto, uno de los cuatro asesinados durante un tiroteo entre bandas de alegados microtraficantes en Herrera, que no lo sepultaran.
A las 10:00 de la mañana partió desde la Funeraria Blandino, de Herrera, el cortejo fúnebre fuertemente custodiado por cerca de un centenar de policías hasta el Cementerio Cristo Redentor, donde fueron sepultados los restos.
La rabia, el dolor y el temor se percibían en los rostros de los amigos y familiares que acudieron al entierro del presunto jefe del narcotráfico de Herrera.
Visiblemente tensa, la madre de Cabrera, quien vino desde Costa Rica, se negó a hablar con la prensa e incluso allegados amenazaron a los periodistas.
En tanto, mujeres vinculadas sentimentalmente con Cabrera se peleaban por estar frente al ataúd y colocar sobre su cadáver la primera flor.
Encima de los panteones policías topos encapuchados y portando armas largas custodiaban el entierro para evitar que ocurriera una represalia de parte de los involucrados en el enfrentamiento ocurrido la noche del jueves en el sector El Pentágono de las Palmas de Herrera, donde también fueron asesinados Johan Fernández, Luis Alberto Tapia y Juan Manuel Hernández.
La custodia policial fue comandada por los coroneles Rafael Castro y José Lluberes, quienes dijeron que tomaron todas las medidas para evitar otro hecho de sangre.