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RIO DE JANEIRO. AP. Niña de cuerpo dorado, con un contoneo de caderas que es todo un poema. Ya sabe de qué estamos hablando: de la chica de Ipanema.
Este clásico del bossa nova es tan popular que seguramente lo escuchó en el teléfono, en un ascensor o en un café de Beirut o Bangkok. De lo que no hay duda es de que lo escuchó. Lo ha cantado todo el mundo, desde artistas mediocres hasta Frank Sinatra y Amy Winehouse, y es el segundo tema más grabado del mundo, según la revista Performing Songwriter.
La canción está inspirada por una muchacha que pasó delante de los autores del tema, que estaban sentados en un bar de la playa. Ahora, con 50 años de vida, el paso del tiempo no ha hecho sino aumentar su encanto, añadiéndole un toque de nostalgia a este himno a la belleza y la juventud.
La chica que se contonea dulcemente al caminar fue conocida por el público en 1962, en un pequeño club nocturno de Copacabana.
Juntos en el escenario, por primera y única vez, estaban los creadores del bossa nova: Tom Jobim, João Gilberto y el poeta Vinicius de Moraes.
