El Támesis es simplemente un lugar geográfico, bien pudo ser al pie del Sena, el Hudson o el Ozama, porque en definitiva, el conflicto existencial del hombre trasciende el espacio y el tiempo; pero el Támesis, es un referente de la ciudad de Londres, lugar de un encuentro entre el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante y el poeta venezolano Esdras Parra, convertido en mujer tras una cirugía de cambio de sexo.
Este encuentro motiva la inventiva del laureado escritor Mario Vargas Llosa, a escribir su obra teatral Al píe del Támesis.
En su teatro como en sus novelas, la impronta es la condición humana, la circunstancia del hombre y su entorno.
Su teatro es una alegoría alucinante de la vida; en Al pié del Támesis, Vargas Llosa, aborda un tema actual, de la llamada posmodernidad: la transexualidad, abordada con deferencia, sin prejuicios, como una realidad real, para aquellos individuos diferentes desde una visión de género, y nos propone como público un entendimiento de la psiquis de los personajes, al margen de nuestros propios principios morales.
El hombre, más allá del prototipo, es Chispas el protagonista, se debate entre el ser y el no querer ser, preso de sus melancolías y añoranzas. La llegada de la supuesta Bertha Saavedra, que no es más que Pirulo luego del cambio de sexo, que lo ha convertido en una voluptuosa mujer, es una recreación del autor que enfrenta al personaje con su realidad, con los fantasmas de su sórdido pasado, donde el recuerdo de aquel beso que le diera Pirulo, siendo adolescentes y que él rechazara, se resiste a desaparecer, persiguiéndolo toda la vida, impidiéndole ser feliz.
Durante el desarrollo de la obra hay una superposición del tiempo, y un juego permanente entre lo onírico y lo real.
La obra. La puesta en escena minimalista, bien elaborada por Danilo Ginebra, apuesta a la intensidad dramática del texto y a los recursos actorales de los intérpretes.
La obra en clave de tragicomedia es capaz de unir lo sublime a lo grotesco y de exponer la existencia humana con sus grandes contrastes, condiciones propias del género.
La narrativa, luego del proceso inevitable de la adaptación, mantiene su esencia, adicionándole giros y modismos propios de la dominicanidad, con pinceladas de humor, que provocan la risa contagiosa al tiempo de distender la tensión. Los diálogos y monólogos substancia dramática de la obra, permiten a los intérpretes, Henssy Pichardo Chispas- y a Patricia Muñoz Rachel-, explorar sus potencialidades histriónicas.
El personaje de Raquel-Pirulo, es logrado por Patricia Muñoz, con profunda introspección. Henssy Pichardo, proyecta la ambivalencia de Chispas, en los intensos y reflexivos monólogos. El silencio, presente por momentos, es otro recurso utilizados por los actores, sustituyendo las palabras que los personajes se niegan a revelar.
El epílogo elocuente en su ambigüedad, da un giro inesperado al drama. Pocos elementos para-teatrales, luces bien manejadas, intensifican instantes reales o de ficción, imágenes proyectadas, innecesarias, clarifican momentos dejados a la imaginación. La música aporta, sublimiza y enfatiza escenas, producida por el grupo integrado por Fellé Vega, Julio Báez, Hipólito Jean y Patricia Banks. El introito, el bellísimo bolero Pecado más que ambientador es una imagen descriptiva de la trama yo no sé si es prohibido, sino tiene perdón, si me lleva al abismo, solo sé que es amor.
Zoom
Sobre la obra
Como surgió
La autoría de uno de los más importantes escritores de novelas y ensayos de la época contemporánea, Mario Vargas Llosa, quién escribió esta obra luego de una charla con el también autor y escritor cubano, Guillermo Cabrera Infante.
Trama
Se desarrolla en el Hotel Savoy de Londres, donde Chispas, un hombre de negocios peruano, se encuentra después de 35 años con Raquelita, la hermana de su mejor amigo de la infancia. Ambos inician una conversación en la que evocan recuerdos del pasado y desvelan secretos personales.