“Algo no está bien” en el país

“Algo no está bien” en el país

María es una joven dominicana que emigró hacia Estados Unidos en los años 80. Tan pronto llegó, lo primero que hizo su padre fue registrarla en la escuela.

“Fue ese día que me di cuenta de que algo no andaba bien en Santo Domingo”, manifestó.

Se refiere al hecho de que  en el centro de estudio norteamericano le entregaron todos los libros y todo cuanto pudiera necesitar para cumplir con su preparación.

Recuerda que en su país, cada vez que llegaba el tiempo de inscripción a un nuevo nivel debía tocar puertas en el barrio buscando a ver quién le facilitaba los textos de estudios.

“¿Cómo puede progresar así una persona o un país?”, preguntó.

María había recibido una Library Card-tarjeta para libros- a través de la cual su problema estaba resuelto y para siempre.

Es bien sabido que la forma más recomendaba para lograr que un individuo y un país progrese es mediante la educación.

Sin embargo, al margen de la historia de esta joven emigrante, lo evidente es que en República Dominicana es una cuestión de lujo bien alto lograr que un individuo logre una buena educación.

En esto el Estado ha sido incompetente. Y lo poco bueno que aparece en esta tierra se encuentra en el sector privado. No está al alcance de los humildes.

Ante esta penosa realidad, lo único que uno puede plantear es que a los líderes políticos y manejadores del poder no les interesa el desarrollo del pueblo. Viven de la ignorancia de los demás.

Es bajo esa afirmación que se puede comprender por qué tenemos todavía, en este Siglo XXI, jóvenes estudiando debajo de árboles, en escuelas destartaladas y prohibido de la garantía y facilidades indispensables para cumplir con una educación eficiente.

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