“Antes comíamos, ahora se nos hace difícil comer”

“Antes comíamos, ahora se nos hace difícil comer”

Uno de los hábitos alimenticios que tienen mayor presencia en nuestro territorio es la denominada “bandera dominicana”  compuesta por: arroz, habichuela y carne.

Esta costumbre ha cambiado y este cambio lo señalan muchas personas de diferentes edades en distintas comunidades tanto rurales como urbanas. “Usted quiere saber qué costumbre ha cambiado aquí, la bandera ha cambiado, ya no se come carne”. “La carne ha desaparecido como costumbre”.

La referencia a la desaparición de la carne se hace en tono jocoso mezclado con dolor. La gente siente que su vida se ha deteriorado, “antes éramos pobres, ahora somos más pobres”. A pesar de que los índices de pobreza no logran registrar cambios cualitativos que se plasman en la cotidianidad de la gente, las personas si lo sienten y lo viven.

Hace unos años, cuando visitábamos un hogar en horas del mediodía se notaba que la gente estaba cocinando alguna comida y te la ofrecía para compartirla.

En la actualidad visitamos muchas comunidades  y se observan anafes apagados, personas que no comen al mediodía y que se quedan sin comer todo el día. Las observaciones de una semana en comunidades rurales y urbano-marginales nos muestran que se come 5 días y  2 días no comen absolutamente nada, al menos que una vecina pase un poco de comida que se reparte entre todos.

Un cuadro reciente fue en un hogar, en el lapsus de 11:00 a.m. a 3:00 p.m., una familia de 4 hijos,  la madre buscó tres mangos, los dividió en varios pedazos y los repartió a sus hijos. Esa fue la comida del día.

En la actualidad las proteínas como la carne, la leche, los quesos, pescado, entre otros, son inaccesibles para los sectores de menores ingresos, los pobres. Antes la gente podía comer arenque, bacalao o pica-pica, hoy no aparecen o son muy costosos.

Lo mismo ocurre con la carne. La carne de pollo, que es la más accesible solo se come una vez a la semana en muchos hogares o cada quince días como relatan las personas. Lo más accesible es “el pico y pala”. “La última vez que comí pollo fue hace 15 días y fue que me compré 15 pesos de pico y pala”.

Definitivamente la alimentación es un dolor de cabeza para la gente. No hay suficientes recursos para alimentar a una familia.

 “Las mujeres nos convertimos en contable, tenemos que jalar los pesos, si conseguimos doscientos pesos en un día eso no da para tres comidas, solo para hacer un plato de arroz con habichuela, y a veces un moro con guineitos, má ná”.

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