“Asamblea Ciudadana” en parque Independencia rechazó plan gubernamental para Bahía de las Águilas

<P><STRONG>“Asamblea Ciudadana” en parque Independencia rechazó plan gubernamental para Bahía de las Águilas</STRONG></P>

El pasado domingo fue distinto. Las personas acudieron de manera independiente a un llamado realizado a través de Facebook. Decidieron asistir al parque Independencia  desde las 3:00 de la tarde para “no quedarse callados ante un problema que aqueja al país”.

A las 2:30 de la tarde inició el precalentamiento de la “Asamblea Ciudadana contra el robo de Bahía de las Águilas”, según informó Maribel Hernández, miembro de Justicia Fiscal y de la Coalición por una Educación Digna. 

Con el sol ardiente y bajo las sombras de los árboles, los ciudadanos con sus carteles expresaron su oposición a la decisión tomada por el presidente Danilo Medina en el número 7-13. Algunos de los carteles decían: “Nos roban el país, Bahía de las Águilas”, “Bahía de los Buitres”, junto a imágenes de funcionarios.

Sonaron las canciones de Residente Calle 13 “Me voy pa´ el norte”: «Unas piernas que respiran, veneno de serpiente, por el camino del fuego voy soplando agua ardiente»; y “Latinoamérica”: “Tú no puedes comprar la  alegría, tú no puedes comprar la lluvia, la tierra no se vende”.

Algunas personas vociferaban las composiciones musicales y otros de manera tímida daban algunos pasos de baile.

Todavía a las 3:30 de la tarde la asistencia no era masiva, a pesar de que la actividad estaba prevista para las 3:00. A las 3:47 se pudo observar la presencia de agentes  de la  Policía.

A las 4:15 comenzó formalmente la actividad. Mientras dos niños dibujaban sobre cartulinas y escribían mensajes contra la medida tomada por el Poder Ejecutivo, la periodista Diana Lora leía el documento “Pequeña reseña de la posesión de tierras en la Bahía”.

“Todo empezó en el año 1995, se usó el padrón de Pedernales para sacar cédulas a campesinos  quienes no sabían que eran beneficiados con esas parcelas y luego realizaron transferencias de ventas de esas parcelas a terceros, donde varios políticos y familiares de los mismos se beneficiaron”, señalaba.

Propuestas. Algunos turnos se usaron para presentar propuestas de los próximos pasos que se podrían llevar a cabo. Mario Bergés, del Foro Ciudadano, propuso como primer paso ir en una semana al Palacio Nacional. El  ciudadano Valerio Lara se declaró propietario del  Palacio Nacional mediante un documento falso, lo que provocó risas y aplausos por quienes se encontraban allí.

Bajantes. “Protección a nuestros acuíferos subterráneos. ¡El agua y la vida no se negocian! ¡Fuera la cementera de Gautier!; ¡No al campo de cianuro! ¡El agua vale más que el oro! ¡Dominicanos salvemos nuestros ríos! La Cordillera Central es nuestra garantía de agua y no puede caerse. ¡Fuera la mega minera  de República Dominicana”, se leía en los bajantes colocados en la acera.

Opiniones sobre el tema. “¿Qué pasó con la demostración de todos los títulos falsos, que han sido colocados como si fueran legales?”, cuestionó el ambientalista Domingo Abreu Collado. Afirmó que fueron legalizados y no se sabe a quién.

La diputada nacional Guadalupe Valdez dijo que la medida que tomó el Gobierno es una afrenta al Estado dominicano y de derecho, a la institucionalidad y las leyes en el país.

“Los terrenos  se han tomado de manera fraudulenta  por personas sometidas a la justicia dominicana. Es un patrimonio del pueblo dominicano y del mundo, tenemos que hacer cumplir las leyes”, agregó.

Tránsito. El tránsito fue similar al de un día cualquiera en la semana, demasiados vehículos para ser un domingo. Varias veces un agente de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) tuvo que movilizar el tránsito, porque la curiosidad de los conductores por saber qué pasaba ocasionaba que se congestionara.

Oficial enojado. Un oficial asignado a la Puerta de la Misericordia, se quejó de la “bulla” que animaba el ambiente, mientras otro llamaba la atención a quienes se sentaban frente a la emblemática entrada al Altar de la Patria. Todo indicaba desagrado de su parte.

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