“Blindados” con papel de aluminio

“Blindados” con papel de aluminio

El hundimiento de importantes instituciones financieras norteamericanas, víctimas de la glotonería especulativa del propio público y la falta de suficientes controles gubernamentales, aparte de la irresponsable gestión de ejecutivos hasta ahora impunes, ha planteado la necesidad de redefinir la sabiduría convencional acerca de los mercados.

En los Estados Unidos, después de décadas de prédicas neo-liberales acerca de la necesidad de evitar la intervención estatal en los negocios, ahora resulta que el Tío Sam es accionista y propietario de varios de sus principales bancos. En vez de uno, ¡tienen varios “Banco de Reservas”!

A mi me preocupa que, en el debate que hay ahora sobre cómo se redefinirá la sabiduría convencional, cobre vigencia la idea de que el gobierno debe estatizar negocios privados o meterse directamente a gestionarlos. La crisis actual lo que enseña es que el gobierno no puede renunciar a su rol como regulador, especialmente en defensa del interés de los más débiles, como por ejemplo los ahorristas víctimas de la mala administración de gerentes avariciosos o irresponsables. Pero de redimensionar al Estado para que recupere su rol como buen regulador a rescatar el cuco de un gobierno interventor y negociante, hay mucho trecho.

Hay muchas  obligadas lecturas y re-lecturas en estos días. Una es el profético y ominoso último capítulo del libro “The Age of Turbulence” por Alan Greenspan, titulado “El futuro délfico”, en que el antiguo jefe de la Reserva Federal (desde 1987 hasta 2006) planteaba, en 2007, la posibilidad del desastre actual. Otra es la serie de discursos de Sarkozy, el jefe del gobierno francés, en que este plantea la visión del “establishment” europeo acerca de cómo a los americanos hay que meterlos en cintura en cuanto a su irresponsabilidad fiscal. En medio de tantos enredos, me he sentido afortunado de haber oído cátedra de Samuelson y Friedman. Entre el monetarismo extremo de Friedman y el keynesianismo fundamentalista de Samuelson, debe haber un camino del medio que permita al mundo recomponerse. Seguramente nunca nada volverá a ser igual; hasta que se complete otro ciclo como siempre ha ocurrido.

He opinado en mis programas de televisión que si estamos “blindados” será con papel de aluminio. Comoquiera, quizás ha sido una bendición que la inmensa mayoría del ahorro nacional, como los fondos de pensiones, no haya estado en Wall Street. Vivimos en tiempos interesantes…

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