“Cálamo currente”, el nuevo libro de ensayos de León David

“Cálamo currente”, el nuevo libro de ensayos de León David

Faltan muy pocos días para que sea presentado al público dominicano el más reciente libro que León David (redactor de esta página) ha entregado a los esquivos primores de la imprenta. Con motivo de tan fausto acontecimiento el autor ha consentido, a título de muy especial privilegio, cedernos la tribuna de que dispone en este leído suplemento cultural, para responder algunas preguntas acerca del texto que pronto pondrá en circulación.

G.V. PRIMERO QUE NADA DINOS, LEÓN, QUÉ LIBRO ESTÁS A PUNTO DE PRESENTAR, Y CÓMO, CUÁNDO Y DÓNDE SE LLEVARÁ A CABO SU FORMAL BAUTISMO.

L:d: El libro –se trata de ensayos y críticas lleva por nombre CÁLAMO CURRENTE; será presentado el próximo martes 13 de enero, a las seis y treinta de la tarde en el Forum Pedro Mir de la librería Cuesta que, como es de todos conocido, está situada en el Centro Comercial Nacional de la Av. 27 de Febrero.

G:V: ¿TIENES EN MENTE QUE UN NUTRIDO PÚBLICO TE ACOMPAÑE EN ESA FELIZ OCASIÓN?

L:D: Me daré por satisfecho si asisten mis amigos y acaso algunos de los contados lectores que insisten en aventurarse por las páginas no siempre clementes que ha estampado mi pluma… Pero el acto es abierto y el que esté dispuesto a compartir un rato con nosotros será bienvenido.

G:V: ¿QUIÉN

PRESENTARÁ LA OBRA?

L.D. Uno de los más notables intelectuales de este país, el prestigioso escritor José Rafael Lantigua, quien con su amistad me honra y con el que nuestra república de las letras tiene contraída una impagable deuda de gratitud por la generosa labor de difusión y crítica bibliográfica realizada durante veinte años desde la palestra de la ya desaparecida Biblioteca. No me atrevería a hacer ningún comentario en torno a los discutibles méritos de mi libro, pero de lo que no cabe dudar es que las reflexiones con que a propósito de CÁLAMO CURRENTE nos gratificará José Rafael Lantigua serán, como todo lo que mana del venero de su inteligencia, substanciosas amén de expuestas con claridad, elegancia y brío.

G:V: ¿QUIÉN EDITA LA OBRA? ES UNA HERMOSA PUBLICACIÓN DE MÁS

DE QUINIENTAS PÁGINAS. ¿CÓMO TE LAS ARREGLASTE PARA COSTEAR

SU IMPRESIÓN?

L.D. ¿Estás loco? Soy escritor y profesor universitario o, dicho con otras palabras, pertenezco al sufrido proletariado intelectual de este país… ¿Qué recursos iba a tener yo para financiar una obra como ésta? Por fortuna, todavía quedan instituciones dispuestas a patrocinar proyectos bibliográficos ambiciosos; y debo agradecer al Banco Central de la República Dominicana que editara esta vistosa, cuidada y amplia compilación de mis ensayos.

Tengo entendido que el Comité de Publicaciones de la mentada institución bancaria, presidida por el señero escritor José Alcántara Almánzar, y de la que forman parte, a título de miembros, José del Castillo, Racel Molinari y Kerima Marra, dio por unanimidad su visto bueno a la propuesta de imprimir CÁLAMO CURRENTE que hace más de un año yo les presentara… A ellos mi más cálido reconocimiento y gratitud.

[b]G:V: EL LIBRO QUE PONES A CIRCULAR DENTRO DE TRES DÍAS CALZA UN [/b]SUBTÍTULO: “ENSAYOS SOBRE CULTURA, LITERATURA

Y ARTE”. ¿PODRÍAS

ABUNDAR ALGO MÁS EN

TORNO AL CONTENIDO

DE LA OBRA?

L:D: Por qué no?… Como te decía, esta publicación recoge, ordenada en cinco secciones o capítulos, una serie de análisis y críticas aparecidos en el lapso de quince años en diversos diarios de este país. Creo que el libro da testimonio de la vida cultural de la República Dominicana durante los pasados tres lustros. El lector hallará en sus páginas acercamientos estimativos a la obra de indispensables escritores extranjeros, ponderaciones sobre no pocos de los mejores autores dominicanos de ayer y de hoy, interpretaciones en torno a temas de permanente actualidad, verbigracia lo bello, la naturaleza de la literatura, el lenguaje del teatro, y un larguísimo etcétera. Todo ello expresado en prosa que sin traicionar su conceptual designio y teórica índole, intenta no desmentir la vis literaria traviesa, incisiva, espontánea, de personalísimo temple subjetivo, propia del género del ensayo.

[b]G.V. ADEMÁS DE ENSAYISTA Y CRÍTICO, ERES POETA, NARRADOR, DRAMATURGO. ¿POR QUÉ, CON OLVIDO DE ESTAS TRES ÚLTIMAS VERTIENTES CREADORAS, EN LOS TIEMPOS QUE CORREN TE HAS CONSAGRADO DE MANERA CASI EXCLUSIVA A EJERCER EL

ENSAYO Y LA CRÍTICA?[/b]

L.D. En parte por necesidad, ya que un espacio en la prensa no se puede mantener con entregas de cuentos y poemas… Pero más allá de la cuestión pragmática, me asalta la sospecha de que no siempre es libre el autor de elegir el tema y el tono de lo que tiene entre manos… Ocurre frecuentemente lo contrario. En estos momentos mis preocupaciones intelectuales me convidan a recorrer los parajes de la ensayística. Mañana, tal vez, reincida en la poesía o en la narración, a condición, claro está, de que las Musas –volubles y caprichosas como son vuelvan a tocar a mi puerta.

[b]G.V. ENTONCES ERES DE LOS QUE CONFÍAN

EN LA INSPIRACIÓN.[/b]

L.D. No lo negaré. Pero la sola inspiración no basta; o, expongámoslo de otro modo, no hay que esperar a que llegue para tomar la pluma y empezar a escribir. La inspiración suele favorecer al que tras ella anda. Es como las mujeres: si no las cortejas difícilmente obtendrás sus favores. Y buscar la inspiración significa trabajar disciplinadamente, de manera constante. Es lo que intento hacer cuando, luego de dar al César lo que es del César, esto es, luego de cumplir con las extenuantes labores que la subsistencia reclama, me entrego a las exquisitas mortificaciones de la creación literaria.

[b]G.V. ¿ESCRIBIR ES PARA

TI UNA MORTIFICACIÓN?[/b]

L.D. Dalo por seguro. Pero es una cautivadora, una deliciosa mortificación. Todo en la vida tiene un costo: no hay regocijo que no se pague con cierta cuota de sufrimiento. El quehacer literario se impone al escritor responsable –no al desenfadado escribiente en tanto que grave desafío. Es como subir a la cima de una abrupta montaña. Cuando el escalador alcanza la cúspide disfruta de un espléndido paisaje. Pero antes tiene que superar con harta fatiga y no sin riesgo los nada llevaderos obstáculos del empinado ascenso.

G.V. ¿PARA QUIENES ESCRIBES? ¿A QUÉ PÚBLICO VA DIRIGIDO EL LIBRO QUE ESTÁS A PUNTO DE PONER A CIRCULAR?

L.D. Escribo para quienes siempre he escrito: para un lector con sensibilidad estética, refinado gusto y no menguada cultura.

G.V. DE DONDE SE DESPRENDE QUE ESCRIBES PARA UNA ÍNFIMA MINORÍA… ¿QUÉ SENTIDO TIENE ESO?

L.D. Para la gente del común, posiblemente ninguno… mas ten en cuenta que, como acertadamente lo expresara cierto autor ingenioso cuyo nombre mi ingratitud olvida, la posteridad es una superposición de minorías… Y la obra de valor es aquella que perdura, aquella que las generaciones venideras no se resignarán a preterir. Con la mira puesta en la posteridad ha de inclinarse sobre la cuartilla el literato. Esto le impone la tarea de perseguir arduamente la perfección. Ahora bien, dado que la perfección es mercancía que no abunda en un mundo por esencia imperfecto, el hombre ordinario –que propende a la vulgaridad, el facilismo y la torpeza no está en condiciones de asimilarla. El resultado es que el escritor, sin proponérselo, sin desearlo, termina escribiendo para un ilustrado círculo minoritario… Pero, ¡cuidado!, se trata de una minoría decisiva,, crucial, influyente, de la que ninguna sociedad civilizada podría prescindir sin eo ipso colapsar.

[b]G.V. PERO SI EN ELLO INSISTES TU OBRA NUNCA SERÁ POPULAR NI TAMPOCO TENDRÁS LA POSIBILIDAD DE OBTENER CELEBRIDAD Y RENOMBRE.[/b]

L.D. Y eso ¿qué importa? Dejemos al político y a la estrella del espectáculo el oficio impiadoso de conquistar masivas adhesiones. La literatura genuina, la de buena ley y el populismo jamás han hecho migas. Sus métodos y propósitos son diferentes y hasta contrapuestos. El verdadero escritor no escribe con la intención de hacerse famoso; escribe porque no puede dejar de escribir, porque nació con ese tábano mordiéndole la carne. El político y el cantante de moda deben colocarse en el nivel de la mayoría para complacerla y despertar su interés. Pero el escritor que pretenda imitarlos va por muy mal camino… por un camino que León David, querido amigo, no piensa transitar.

[b]G.V. DEDICAS EL LIBRO A TU ESPOSA, LA PINTORA MARÍA AYBAR, CUYO, POR CIERTO, ES EL BELLO DIBUJO DE LA PORTADA… ¿A QUÉ SE DEBE ESTO?[/b]

L.D. A algo muy sencillo: ella fue la que me impulsó, me animó y me riñó para que entregara a tiempo los materiales de CÁLAMO CURRENTE. De fijo que sin su acicate, tan amoroso como obstinado, este libro todavía sería una inane aspiración y no una realidad.

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