BOGOTA (AP) — El llamado “canciller de las FARC”, Rodrigo Granda, excarcelado por el gobierno para que medie en la liberación de 60 rehenes, afirmó el viernes que no ha entablado comunicación con la cúpula guerrillera para definir su papel en esas gestiones.

 Durante una conferencia de prensa, Granda agradeció las labores del presidente francés Nicolás Sarkozy, quien intercedió ante el mandatario Alvaro Uribe para que lo liberaran, pero refiriéndose a sí mismo pidió: “si no es mucha molestia… me gustaría que me dijera porqué pidió a Rodrigo Granda”.

 Entre los rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), está desde hace cinco años la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.

 El cautiverio de Betancourt, que ostenta doble nacionalidad colombo-francesa, ha acaparado la atención pública en Francia e impulsó la mediación de Sarkozy.

 “Mi excarcelación abre algún compartimento, alguna esperanza para un acuerdo humanitario”, admitió Granda, quien insistió que requiere el aval del secretariado de la guerrilla para ejercer cualquier función.

 Aseguró que haber sido nombrado como “gestor de paz” por el gobierno en el decreto de su excarcelación, no implica que sea “un funcionario del Estado” y ratificó su obediencia a la cúpula guerrillera. 

Según Granda, Uribe puso “muchos bemoles” a la solicitud de Sarkozy para su liberación y el gobierno intentó “quebrar mi voluntad… para que entonces yo podría entrar a encabezar toda esa gente que sale de la cárcel como supuestos guerrilleros”. 

Además de conceder la libertad a Granda, Uribe dispuso excarcelar unilateralmente hasta a 180 guerrilleros como “gesto humanitario”, esperando una respuesta similar de las FARC.  Granda, quien es hospedado en el Episcopado de la iglesia católica desde que salió el lunes de una prisión de máxima seguridad, repitió que negociar la libertad de los rehenes de la guerrilla supone desmilitarizar una zona en el suroeste del país.  “El intercambio humanitario y la zona de despeje son imperativos”, dijo Granda, insistiendo en esta condición que Uribe rechaza con vehemencia.