Cargado de buenas actuaciones y un elenco de primera, llegó al Teatro Nacional el aclamado musical Chicago en momentos en que el país es sacudido por los hechos de violencia, asesinatos y los casos de corrupción.
Este proyecto tan ambicioso y ganador de múltiples premios es el número 10 del director y productor Amaury Sánchez. Este décimo trabajo representa un gran esfuerzo y una interesante puesta en escena no solamente para Sánchez y su equipo, sino también para todos aquellos que han hecho suyo este género, que ha crecido a pasos agigantados en el país.
El musical, basado en hechos reales acontecidos en Illinois en 1924, relata las historias de Roxie Hart (Carolina Rivas) y Velma Kelly (Denise Quiñones), acusadas de matar a su amante y a su marido. Ambas se disputan el aparecer constantemente en los periódicos porque como dice uno de los personajes en esta ciudad el asesinato es un espectáculo. Y a partir de ahí y manejadas por su abogado Billy Flynn (Héctor Aníbal) se arma todo un show alrededor de ellos.
Las actuaciones estuvieron bien equilibradas. Carolina brilla en su papel de pelirroja frívola; Denise se acopla a su papel y sorprende con sus facilidades para el canto y el baile. Otro que muestra un gran crecimiento es Héctor Aníbal, quien convence como abogado frío y que solo le interesa el dinero. Lidia Ariza ganó aplausos como cantante. Frank Perozo logra carcajadas como marido engañado; Javier Grullón se la luce en el papel de amante. Un gran trabajo en equipo que vale pena apoyar.
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Equipo
La ficha
María Castillo en la dirección artística; Elizabeth Crooke, Coreografía; Fidel López, escenografía; Ameris Cepeda y Paola González, entranamiento vocal; Bienvenido Miranda y Carlos Sousa, luces. El hilo conductor es Ernesto Báez.