“Colmados… se convirtieron el clientes fijos del gobierno”

“Colmados… se convirtieron el clientes fijos del gobierno”

Confirmado, “el mundo está desquiciado”, como puso Shakespeare en  labios de Hamlet, retrotraído por el Presidente Fernández en discurso que debió rendir cuentas a la nación.  La mayor prueba de este  desquicio –  definido como “sacar una cosa de su curso normal, exagerarla o darle más importancia de la que realmente tiene” – la constituye la cita del discurso con que titulamos esta colaboración.

Desconocemos si fue adrede, deliberada y conscientemente; si fue traicionado por el subconsciente o deslizado inconscientemente. Pero citar orgullosamente el saque  “de su curso normal” del colmado, base de la estructura comercial y admitir impúdicamente el sometimiento de éstos a acción clientelar – añadido a las cifras servidas en el discurso  demostrando que prácticamente todas nuestras familias son tocadas por  “la  mano generosa” del Estado principalmente mediante tarjetas potencialmente vinculantes al ejercicio del sufragio, evidencia la coronación del clientelismo financiado con impuestos pagados por los contribuyentes.

 Y también la estatización sigilosa de nuestra economía como han alertado, aunque tardíamente, importantes instancias fácticas de la nación; y cuyo encaramiento puede desquiciar, por la insostenibilidad financiera, la paz y el orden nacionales.

Esta peligrosa conceptualización de la economía y  el Estado, constituye el mayor desquicio del discurso presidencial.  Mas que omitir a Balaguer entre impulsadores del sentimiento patriótico dominicano, quizás para no comparar los magros resultados sociales ante una economía tres veces superior a la de 1996; Que el desorden nacional existente manifestado en la misma Asamblea por las veces que su presidente tuvo que recurrir al mallete para restablecer el orden; Que la omisión del mensaje sobre proyecciones  y resultados económicos, financieros y sociales esperados, mandado en el art. 114 de la Constitución. Que el azuzamiento político provocado en lugar de estimular la concertación ante el nuevo gobierno que abrirá la caja de pandora fiscal donde encontrará similitudes con naciones como Grecia y España expuestas a desorden y violencia por excesivos gastos y endeudamientos previos; Que aferrarse a defender el nivel del endeudamiento actual sin ponderar a dónde no debemos llegar. Que diferir 18 años la prosperidad, para el 2030, confiando en la END. Más que la ilusión dominicana de creerse institucionalizar por adoptar disposiciones legales que no se cumplen como compras gubernamentales eléctricas y recurso de amparo contra particulares.  Que pasar por alto calidad, costo, finalidad y funcionalidad de obras concentradas en provincias electoralmente determinantes.  Que visualizar la economía por los supermercados y grandes tiendas; ignorando la informal.  Que regocijarse por combatir la especulación internacional, practicando la doméstica.

Seguir tolerando estas conceptualizaciones clientelistas, desquiciará el régimen de libertades que hemos labrado.

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