“Con diez cañones por banda…”

“Con diez cañones por banda…”

POR DOMINGO ABREU COLLADO
Cuando la “Guerra de los Seis Días” entre Israel, Palestina, Líbano, Siria, Jordania, y  creo que hasta Los Minas estaba, la estrategia de uno de esos países (que no era Israel) fue colocar cañones de diferentes calibres, grandes ametralladoras antiaéreas y otras piezas de artillería pesada en su frontera, de manera que la vigilancia israelí notara que esa parte de la larga frontera que rodea a Israel estaba custodiada. Eso es lo normal… estando en guerra. Lo anormal del asunto era que se trataba de piezas de cartón. Toda dicha artillería había sido hecha en cartón, cosa que descubrió Israel y le entró como a la conga a los impostores y su falso armamento.

Sin embargo, me parece que esa sería una buena estrategia para aplicarla en la República Dominicana durante los días de “fiestas patrias”. Porque, ¿usted sabe cuánto se gasta en movilizar esos cañones, tanques y carros de asalto tan solo para participar en un desfile y que la gente los vea?

Esas son cosas de la “inteligencia” militar… o sea, de los servicios secretos, no vaya usted a creer que se trata de militares inteligentes, Dios nos libre de que además de ser militares sean inteligentes. Bueno, les decía eso, que se trata de recursos de inteligencia para que la gente diga, por ejemplo, “¡Mierda, qué fuertes y guapos somos! ¿Y usted cree que los haitianos se van a meter con tantos ‘jierros’ de este lado?”

Igualmente, ese recurso de inteligencia tiene el propósito de desestimular a cualquier falpo que crea que con dos chilenas, un Enriquillo “cache-nácar”, cuatro gomas ardiendo y tres molotov en botellas de ron se puede hacer una revolución.

Bueno, lo mío iba por otros rumbos. Decía yo que copiando la estrategia aquella de la artillería de cartón, ¿porqué las FFAA mejor no se mandar a hacer copias en cartón de toda esa artillería y la depositan en sus cuarteles de Azua, de Santiago, de Barahona… y cualquier otra ciudad donde quieran hacer desfiles? Porque, no van a utilizarlas. Y si acaso hay que hacer alguna salva, sea de uno de de 21 cañonazos, pues hasta puede habilitarse en uno de los cañones de cartón una bazuca con carburo.

¿Y usted sabe lo que se ahorraría el gobierno dejando todo ese hierrerío guardado, en vez de andarlo exhibiendo y gastando combustible?

Pero por otro lado, y dados los casos de policías y militares descarriados que se llevan sus armas para atracar civiles indefensos, ¿qué tal si por andar exhibiendo esos cañones se le antoja a un par de guardias descarriarse y llevarse un cañón de esos para atracar algún banco o destutanar algún blindado transportador de dinero? ¡Mire!, como está la cosa hay que pensar en todo.

O también, que (no lo quiera Dios) se accidente un vehículo de esos, queden sin sentido los guardias y se aparezca un desaprensivo y se lleve un cañón de esos para sacarlo en la próxima huelga… ¿Y usted lo duda? ¡Mire, una huelga con un cañón de esos en la calle consigue hasta que bajen la comida, que ya es mucho decir!

Y hasta para cosas personales lo utilizarían. ¿Y qué muchacha no se casa con un loco que le ponga la boca de un cañón para la puerta de la casa, amenazando a toda la familia? Porque amenazar con un revólver buscando boda no es lo mismo que con un cañón. Y como se dan ahora esos casos de muchachas que privan en “la que está buena soy yo”, sin pensar en los resultados de su injusta decisión…

Bueno, el caso es ese. Yo creo que mejor las Fuerzas Armadas se encargue dos o tres docenas de copias de cañones en cartón para prevenir y no tener que remediar luego. Además está lo de la economía, que bien deberían de pensar en eso.

Al trabajo, que ya es hora…

Es acordándome de aquella canción escolar que decía “A la clase que ya es hora de empezar nuestra labor…”. ¿Se acuerdan? Pues con todo y eso de lo que dice UNICEF, lo que se dice en CONANI, lo que diga el gobierno, lo que digan los organismos de protección a la niñez y hasta “digan lo que digan” de Raphael, hay una cantidad de niños que espanta trabajando en calles y carreteras, porque esos de la foto iban saliendo a la carretera camino a San Cristóbal, a vender maíz sancochado.

Con todo el respeto que se merece UNICEF, con excepción de las tarjetas de Navidad que uno suele comprar (y nunca enviar), yo no sé qué es lo que hace realmente en relación con los niños obligados a trabajar.

Porque esa es otra. Los niños que están trabajando en calles y carreteras no lo hacen porque quieren, simplemente es porque son obligados por sus padres. Aceptemos que muchos de esos niños son solidarios con sus padres y quieren ayudar en la búsqueda de recursos para la casa. Pero la cuestión es que NO, los niños NO DEBEN TRABAJAR. Como dijo Martí, “los niños nacen para ser felices”, y ningún niño es feliz pedaleando en un triciclo en una carretera con una carga de maíz sancochado para vender a las diez de la noche a kilómetros de su casa.

Pero si me preguntaran qué hace CONANI al respecto yo no sabría qué decir (también con todo el respeto). Y en realidad me gustaría saberlo. Y de verdad hasta publicaría por este mismo medio lo que hacen por los niños que tienen que trabajar.

Tradicionalmente, los padres dominicanos tienen la información, heredada de sus padres, de que a los niños hay que enseñarles temprano a trabajar, a ganarse el pan. Pero bajo esa tradición sucumbe la asistencia a la escuela, queda aplastada la inocencia de la niñez y destruido el encanto de la adolescencia.

Llegaron las Harleys…

Llegaron las Harleys Davidson a las carreteras, directamente importadas desde los “barrios seguros”. Digo, si son esas mismas, porque no he oído que hayan comprado más para mandarlas a las carreteras.

Ahora, personalmente creo que pueden rendir mejores frutos en las carreteras que en los barrios, puesto que ya sabemos que no es paja de coco moverse en una moto de éstas en medio de un semillero de esos de la parte alta de Santo Domingo, ni de ninguna otra parte alta de cualquier ciudad del país.

En la autopista “6 de noviembre” por ejemplo, estas Harleys y sus conductores sí pueden ayudar a controlar el mal uso de la carretera ejercido por camioneros, guagüeros, voladoras, motoconchistas y corredores de alta velocidad.

En esta autopista los accidentes son comunes, y de los últimos tres que he visto han resultado cuatro muertos y ninguno vivo. Regularmente quien conduce con “mucha pericia y confianza” se olvida que va rebasando a quien no las tiene, o a quien va saliendo de una carretera secundaria. Pero también olvida que todavía no se les conoce a las vacas pericia o confianza alguna, mucho menos de noche y sin luz.

Días después de la llegada de las Harleys las he visto trabajando, alcanzando aviones que vuelan bajito, hablando con los motoristas y camioneros… es decir, que se han puesto a hacer su trabajo. La esperanza es que se mantengan haciendo el trabajo. De noche no las he visto. Sabemos lo peligroso que es hasta para la policía el apostarse de noche en algún tramo de la carretera, pero por lo menos en el día están funcionando.

Así es que ¡bienvenidas las Harleys! Esperando que su presencia ayudará a convertir las carreteras en lugares menos aterradores.

Detalles de la cuidad
El medio ambiente vende

Indiscutiblemente ya el tema ambiental ha sido incorporado a la publicidad comercial. Como pasa con el resto de la publicidad, no importa si lo que se dice es verdad o un horroroso embuste. Porque, ¡vaya usted a ver cómo trata de vender la publicidad lo que sea y como sea!

Pues con mayor velocidad cada día, las empresas se están “asociando” al medio ambiente, presentándose como amigables y llamando a consumir sus productos, aunque éstos sean de los más contaminantes y dañinos para la salud.

De hecho, no están violando la ley, que es lo único que les impediría publicitarse con el tema ambiental. Pero aprovechando esa libertad de que gozan para mentir, las publicitarias y las empresas que les pagan se han metido de lleno en el tema ecologista y ambiental para darle promoción a cantidad de productos y servicios.

Y no es que no haya empresas realmente vinculadas y preocupadas por el ambiente. ¡Claro que las hay! Pero dentro de poco no se sabrá cuáles son sinceras y cuáles no, porque para el comercio la cosa es vender, sea como sea, caiga quien caiga y miéntase a quien se mienta. Esa es su máxima, lógica y ley: ven   der. Y como ahora el medio ambiente vende, pues venga a “ambientalizar” su propaganda.

Si el movimiento ambientalista estuviera organizado en nuestro país pudiéramos crear un directorio de empresas amigas del ambiente y ayudar a difundirlo, de manera que la gente sepa cuándo se les miente y cuándo no, y cuándo ayuda comprando y cuándo no. Pero como no lo estamos habrá que prepararse para el alud de publicidad “ambientalista” que se avecina.

Yo no sé si alguna institución gubernamental debe encargarse de controlar la difusión de comerciales que no dicen la verdad. Creo que debería haberla, pues ya es demasiado engaño el que recibe la gente.

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