“Conmigo no”
es un grito de auxilio contra la violencia a la mujer

<STRONG>“Conmigo no”<BR></STRONG>es un grito de auxilio contra la violencia a la mujer

La obra “Conmigo no” inició sus presentaciones el fin de semana en la Sala Ravelo del Teatro Nacional y trae a colación un tema doloroso y actual, del que la escena no puede hacerse indiferente: la violencia contra la mujer.

La violencia verbal del hombre (Manolo Ozuna) que usa todo su talento para hacer a la perfección de un chulo, que quiere vivir de su mujer y le roba los ahorros para disfrutarlo a su antojo. Además, la golpea y maltrata con las peores palabras. Es abuso del hombre.

El inicio de la historia entre ellos es que él la prostituyó cuando esta era muy joven, para que ganara dinero para los dos.

Ella (Kenia Rivera), el mejor representado de los personajes, es la mujer maltratada, la que representa de manera tan fiel, que causa dolor verla en escena sometida, vejada, golpeada y empequeñecida por un hombre del cual no ha encontrado la manera de separarse, aunque hace intentos.

Elizabeth Ovalle también sube a escena, además de ser directora, productora y dramaturga del montaje. Hace de una mujer sencilla de barrio, trabajadora de las calles y conforme con su destino. Finalmente y por más que discutan, es la única amiga en la que Kenia, en su personaje, puede apoyar su dolor, la única que la entiende y la escucha siempre..

Ellos tres hacen los principales de una trama que se vive en cada esquina del país, en muchas casas de nuestros barrios, en los que la violencia se muda y no tiene planes de salir, donde muchas mujeres se mantienen prostituidas por necesidad o porque un “tipo” del que se enamoraron, las llevó a eso, sin que se dieran cuenta.

Los diálogos son ligeros, graciosos y despiertan la hilaridad, para luego dar paso a los hechos que borran la risa y traen de escena  duras de una realidad que todos conocemos.

Kenia hace de Tomasa, la mujer maltratada que no visualiza sus oportunidades. Manolo es el chulo con un nombre característico como Pipilo. Junto a ellos interactúan Ana Lidia Abreu, Luis de los Santos y Agueda Demorizi.

El final desata un desenlace que muestra como la violencia sólo trae más y más violencia y como los seres débiles de repente se arman de valor, aunque asuman las consecuencias de sus actos.

El montaje es un grito de auxilio contra la violencia. Un grito que ya debería haber sido escuchado

La asistencia de dirección es de Basilio Nova, la escenografía de José Plasencia y las luces de Roberto de León. Las funciones son hasta el 3 de junio, de jueves a sábado, a las 8:30 de la noche y los domingos a las 6:30 de la tarde.

 Escuela de Arte Dramático de Bellas Artes, promoción 84-87. 

Tiene escrito en su haber tres cuentos, once obras teatrales para adultos y cuatro infantiles.

Fue nominada en los premios Casandra como Mejor Actriz. Es una de las más  trabajadoras.

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