El mayor valor de la obra Contigo Aprendí La Revancha- del dramaturgo español Rafael Medizábal, es la denuncia de un problema que afecta a la sociedad: la violencia contra la mujer, llamada también violencia de género o violencia intrafamiliar.
En esta obra, Mendizábal, autor contemporáneo, se acerca al llamado teatro de lo cotidiano, que en este caso presenta un tema alejado de lo particular, principal característica de este tipo de teatro, para enfocar un problema que afecta cotidianamente a la sociedad actual en todos sus estratos sociales.
El argumento narra la historia de tres mujeres que unidas por el engaño de que han sido víctimas por parte de un hombre -esposo y amante-, deciden vengarse de éste.
A través de parlamentos y diálogos muchas veces insustanciales y repetitivos, conocemos a los personajes que acuden a los estereotipos lingüísticos, convertidos en sujetos parlantes, engranajes de un drama real en el que la realidad puede ser superada, lo que acerca la obra al melodrama. Implícito queda la necesidad de solidaridad entre las mujeres. La puesta en escena de Ángel Haché, director del grupo Orgánico, logra una estructura coherente en el que cada elemento se integra al conjunto, en el que todo cumple una función. Haché recurre a la acción paralela, especie de teatro dentro del teatro y aunque sin conexión con la trama en sí, estas escenas se adecúan a la propuesta textual y enriquecen el montaje escénico que se presenta en Casa de Teatro.
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Las actuaciones
Ellas
Sobresale Ruth Matos, muy centrada en su rol de esposa engañada; Natalia Abreu la amante- con histrionismo maneja las ironías, y Melissa Capellán la otra amante- desinhibida, proyecta su personaje.
Ellos
David Hernández se regodea, asume su rol de macho, con buen talante y mejor desempeño. Amín Capellán muestra dominio de la expresión corporal y gestual en las escenas sin parlamentos.