“Defender la alta cultura… es defender la libertad”

“Defender la alta cultura… es defender la libertad”

El escritor y premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa apareció de nuevo en el Instituto Cervantes después de negarse a la propuesta de presidirlo para sostener un interesante diálogo con el sociólogo Francés Gilles Lipovetsky.

La razón de este encuentro es la reciente publicación del más reciente libro de Vargas Llosa “La civilización del espectáculo” y que puso sobre el tapete un tema preocupante para el autor quien afirma que “el entretenimiento y la diversión en nuestro tiempo quiere convertirse también en la columna vertebral de la vida cultural”, algo que está ocurriendo “con el beneplácito de amplios sectores de la sociedad, incluidos aquellos que anteriormente representaban las instituciones y los valores culturales”.

Lipovetsky, un estudioso del posmodernismo, tiene una visión un poco más abierta a la de Llosa, considerando que esta sociedad del espectáculo ha dado lugar a “sociedades consensuadas sobre el pacto democrático” en la que las minorías no son excluidas, y en las que ya no existen “luchas sociales que acaben en baños sangrientos. Hemos rechazado en todos los lugares las figuras de las dictaduras.

Choque de ideas.  La alta cultura y su capacidad para transformar una sociedad actual en debacle, fue el centro de este diálogo. Si bien Vargas Llosa coincide con Lipovetsky en que la “nueva cultura” ha permitido la liberación del individuo”, mas insiste en que ha dado lugar a una gran confusión. 

“Quizás el mas dramático es el de las artes plásticas. La libertad que las artes plásticas han adquirido consiste en que todo puede ser arte y nada lo es, en que todo arte puede ser bello o feo, pero no hay manera de saberlo porque como no tenemos el canon que antes existía, que nos permitía diferenciar lo excelente de lo regular y de lo execrable, hoy día todo puede ser excelente o execrable, al gusto del cliente”, asegura el escritor chileno.

Para Vargas Llosa, la “alta cultura” significa mucho más que el espectáculo en tanto que, sin importar el placer que producen las bellas artes, “arma y equipa a ese individuo para vivir mucho mejor, para ser mucho más consciente de la problemática en la que está inmerso, para ser mucho más lúcido respecto a lo que anda bien y a lo que anda mal en el mundo en el que vive. Y también porque esa sensibilidad le permite defenderse mejor contra la adversidad y gozar más o en todo caso sufrir menos”.

Y para ejemplicarlo, señaló el extremo al que ha llegado la sociedad capitalista actual, algo presagiado incluso por los grandes pensadores capitalistas: un vacío espiritual tal en el que todos los aspectos negativos de la sociedad industrial se manifiestan a diario con una violencia constante, discriminación, y la desmovilización de los intelectuales y artistas que desprecian la vida política.

Lipovetsky, sin embargo, no tiene tanta fe en la alta cultura como herramientra transformadora. “…la nación más cultivada era la alemana, antes de la guerra. La alta cultura no ha protegido a los hombres de la barbarie absoluta, que fue el nazismo, en la nación de Goethe, de Kant. Así que por esta razón pienso, quizás debemos también proponer otras vías distintas a la alta cultura…  que es una vía pero no es la única”.

El filósofo francés piensa que a los hombres se les debe dar el derecho de ser actores y construir su propio mundo. “Y la escuela no debe quedarse en ir contra la corriente de la televisión, de ver las series americanas. Tiene que darles herramientas a las personas para que se conviertan en creadores, no solo de arte y literatura, sino de todo… técnica, ciencia…” dijo Lipovetsky.

Vargas Llosa concluyó  que “La alta cultura es inseparable para la libertad, y defender la alta cultura, es defender no solamente a esa pequeña elite que goza de los productos de la alta cultura, sino a la humanidad en su conjunto”. 

La civilización del espectáculo

El propósito de este diálogo entre Vargas Llosa y Lipovetsky fue presentar  la nueva publicación del escritor chileno, donde profundiza sobre los beneficios, pero más especialmente los perjuicios de la sociedad del espectáculo.

Su propósito, como señaló al inicio de la actividad, no es ser pesimista sino incitar a los lectores a reflexionar sobre si la importancia esencial y hegemónica que han tomado el entretenimiento y la diversión en nuestro tiempo quiere convertirse también en la columna vertebral de la vida cultural.

“Este libro trata de describir más o menos en que ha consistido esta transformación y también en ver qué efectos puede tener esa deriva que ha tomado lo que hoy día llamamos cultura en distintos aspectos de la actividad humana: lo social, lo político, lo religioso, lo sexual, etcétera. Puesto que la cultura es algo que impregna sin ninguna duda todas las actividades de la vida”, explicó Vargas Llosa.

Lipovetsky, quien ha escrito sobre el comportamiento de la sociedad postmoderna en libros que el mismo Vargas Llosa utiliza como referencia, dijo durante el diálogo que próximamente publicará también una obra sobre estas teorías debatidas, aunque no especificó el nombre ni la fecha posible de publicación.

La nueva obra de Vargas Llosa, fue puesta en circulación por editorial Alfaguara, en España, y llegará en los próximos días a Santo Domingo, según  informó la editorial a través de su portal web.

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