Dreamgirls”, el onceavo musical que en el país presenta Amaury Sánchez, es una interesante producción sobre el arte y las personas que desean triunfar. Pero además  es un musical en el que se muestran  los tejemanejes que hay detrás del  fascinante mundo de la música: las zancadillas y el uso abusivo del poder para quitar del medio a la competencia.

Respaldado por la experiencia de un equipo de profesionales, Sánchez asumió a “Dreamgirls”, producción que por vez primera se presenta en español.

El musical brilla por la buena adaptación de las canciones y el libreto, aderezado con palabras de uso común como payola o fusilamiento. También incluye palabras como m….. que no fue muy del agrado de algunos de los  que la noche del viernes asistieron al estreno  en Bellas Artes.

Otros puntos luminosos del musical fueron las actuaciones  (la dirección fue de la experimentada actriz María Castillo), los efectos audiovisuales, los bailes (creados por Elizabeth Crooke) y la escenografía, de Fidel López. De igual manera, se resaltan los hermosos vestuarios y  pelucas con los cuales se muestra el paso por diversas épocas, pues el musical se desarrolla en las décadas  60 y 70.

Como bien dijo Sánchez el día en que anunció la presentación del musical, una de las grandes dificultades fue el de las voces de las “Dreamgirls”, las cuales recayeron en Cristal Marie, Stephanie Fatule y Mariele Ferreira. En este sentido,  la voz de Stephanie -sea por los problemas en el sonido o porque su tono es bajo- se perdió con la música de la orquesta y a veces casi no se escuchaba. Mariele, aunque participa más como corista tiene una bonita voz.   

Vaya sorpresa.  La actuación e interpretación de Cristal Marie como Effie White fue toda una revelación. La joven  sorprendió a todos máxime cuando cantó “No me marcho”; le puso  el “feeling” que requería. Son destacables las interpretaciones de  Waddys Jáquez, Héctor Aníbal y Carlos Quezada. Una producción que vale la pena ver.