“E’ palante que vamos”… con percepción o realidad

“E’ palante que vamos”… con percepción o realidad

POR DONALD ROWLAND
El gobierno dominicano, dirigido en estos momentos por el Partido de la Liberación Dominicana, enfrenta delicadas situaciones de gobernabilidad, no solo por las posiciones contestatarias de su archirival político, Partido Revolucionario Dominicano, sino también por las amplias, y hasta ahora insatisfechas, expectativas de sustancial mejoría económica y de la prometida y no cumplida sanción a la corrupción política creadas en la población por ese partido durante la campaña electoral.

Ante esta situación se otea en el ambiente un contagiante pesimismo y una generalizada percepción en determinados sectores de la población, de que los problemas fundamentales de la nación, tales como los sociales, económicos y políticos, por ser de tan grandes proporciones, sobrepasarían la capacidad, la intención y el interés del gobierno por solucionarlos.

Partiendo de esta premisa y desde el punto de vista de la opinión pública surgen los dos planos del dilema que se le presenta a prácticamente todos los gobiernos del mundo moderno. La percepción que de sus ejecutorias tiene una buena proporción del público y la realidad necesariamente no concordante con esta primera impresión.

La respuesta dada por los gobiernos a este dilema es también de proporciones universales y se fundamenta en el uso de los recursos de la comunicación propagandística y publicitaria para tratar de cambiar las percepciones en determinados segmentos de la población. Ese esfuerzo tiene como objetivo, por un lado, respaldar y enfatizar las ejecutorias que llevan a cabo y al propio tiempo realizar una labor de descrédito de sus adversarios manejando ciertos conceptos y dándoles un giro que satisfaga sus intereses.

Dentro de estos parámetros se enmarca la actual campaña patrocinada por el gobierno e impulsada por sus más connotados funcionarios, representantes gubernamentales y partidarios, cuya punta de lanza es el slogan “e’palante que vamos”, una variante textual del tema central de su campaña “e’pafuera que van” que tan buen resultado les dio durante el proceso electoral pasado.

Este tema de campaña electoral, sin embargo, tuvo sus diferencias con respecto a la situación actual ya que la efectividad del mensaje de ese entonces se apoyo en una indiscutible realidad, basada en el desgaste producido al término de cuatro años de un gobierno al cual la inmensa mayoría de la población llegó al convencimiento de que era necesario sacar de la conducción de los asuntos del Estado.

La campaña “e’palante que vamos” en cambio choca con determinado grado de percepción en la opinión pública de que prácticamente el gobierno no ha dado los pasos necesarios para impulsar los cambios fundamentales esperados por una mayoría de la población dominicana y de que cada día se le hará más difícil satisfacer esos reclamos.

En esa medida la efectividad del “e’palante que vamos” como arma propagandística encuentra una mayor resistencia para cumplir su labor de persuasión.

A esta conclusión hay que llegar al aceptar como válida la vieja máxima publicitaria que señala a la percepción como realidad basada en que la manera en que la gente visualiza al mundo determina su sentido personal de la realidad y por tanto, moldea la forma en que reacciona al mundo que le rodea. Para bien o para mal, ese mundo está determinado por la educación y las experiencias que se viven.

Por todo ello la gente parece aferrarse a la otra máxima de “ver para creer” y siente que solo cuando los vea creerá realmente en los cambios.

En ese tenor los resultados que se persiguen con la venta del concepto propagandístico “e’palante que vamos” necesitará de un apoyo más sólido y tangible para lograr el objetivo de persuasión que se procura alcanzar en todo esfuerzo de comunicación como el de la especie.

d.rowlan@verizon.net.do

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