ROMA (EFE).- Las operaciones de cirugía estética experimentan un crecimiento considerable en Italia, tanto en hombres como en mujeres, según una de las conclusiones del quincuagésimo tercer congreso de los profesionales del sector, reunidos estos días en Pisa (oeste).  En la primera mitad de ese año se han registrado 45.000 operaciones de las “bolsas” de los ojos, frente a las 40.000 del mismo período de 2003, mientras que los estiramientos (liftings), han pasado de 13.000 a 13.500.

Las liposucciones han sido 40.000 y las operaciones en el pecho 25.000, mientras las intervenciones para lucir una nariz más agraciada han sido 19.000, según los datos facilitados en el congreso, al que asisten unos quinientos cirujanos plásticos italianos y extranjeros.

Uno de los pacientes más famosos es sin duda el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien a finales del año pasado admitió haberse “retocado” las profundas “ojeras” y que hace un mes fue de nuevo noticia por el presunto injerto de cabello al que se ha sometido y del que habrá confirmación o no en breve, cuando aparezcan.

“Cuando un personaje muy conocido se hace una operación de estética anima a muchas personas a imitarlo”, según ha declarado Alessandro Massei, que es el presidente de la Sociedad Italiana de Cirugía Plástica.

La tendencia es la de presentar una imagen fresca y por eso los hombres ya no sólo se esconden, sino que presumen de haberse puesto en manos de un especialista, según el profesor Marco Gasparotti, quien reconoce la influencia de Berlusconi a la hora de incitar a otros a seguir sus pasos.

No obstante, Gasparotti es crítico cuando asegura que el culto creciente a la imagen se debe a “la falta de valores. La gente pierde motivación respecto a la política, la familia y la religión y la cultura va hacia lo inútil, como concursos, frivolidad y belleza”.

Del congreso sale también la recomendación de que el cirujano estético sea asimismo una especie de psicólogo, que dialogue antes con el paciente e intente convencerle de que ese tipo de operaciones ha de ser limitada, sin exageraciones, y con juicio.