“El 4% y la corrupción”

“El 4% y la corrupción”

El cuchicheo, casi a diario, es el 4%… La difusión mediática que le han asignado de parte del gobierno y de parte de los que protestan por la falta de él, es increíble. Ambos bandos han secuestrado los colores amarillo y negro…. ¡¡¡Cuántos héroes de construcciones en papel y fotografías!!!… ¡¡¡Cuantos héroes bajo sombrillas!!!… Hago y deshago… y me robo a mí mismo el derecho de pensar… de discernir… de analizar… de reflexionar… de verme en mi propio espejo, mientras me dejo manipular desde ambos lados por unos que, a la postre, me comerán como un postre…

Hasta que no asimile mi realidad, eso irá en aumento… Me he dejado arrastrar por una tecnología que me facilita la comunicación, pero que me hace parte de una tribu en la cual mi individualidad se pliega a los intereses de conocidos manipuladores… Tengo que ceder en mis principios y convertirlos en ‘de todos’… en lo “light” del momento… negando “mis profundas” aspiraciones.

Vamos a ver… Estamos pidiendo un 4% para la educación… Mientras tanto, nuestra propia educación se distrae en nimiedades y nos embarcamos en defensa de algo iluso… Nos bloqueamos para enfrentar nuestra propias necesidades de refuerzo a nuestro 4% interno… un 4% que es ¡dar “comida” cada día a nuestro cerebro!

¡Diantre, Píndaro! ¡Que vainero estás siendo contigo mismo! – exclama Kutico-.

Nooooo…. ¡De ninguna manera! –replica nuestro crítico-…. Piensa por un momento en la composición de tu cuerpo…  Es más, te voy a empezar de abajo hacia arriba: Las metidas de patas que cometemos (todos lo hacemos, porque nadie es perfecto), reflejan cerca de un 5% de nuestra existencia… Los tropezones con que torturamos el diario vivir y que nos llevan a las metidas de patas, parecen ser 10%… (no son más porque hemos encontrado la vía de nadar y saber guardar la ropa)… La olla en que se encuentra nuestra barriguita -casi a diario- al no encontrar cómo mejorar la olla en la que cocinamos nuestra comida, es casi un tercio (30%) de nuestros esfuerzos por sobrevivir… Mientras, otros se dedican –con ayuda de su 4% interno- a saquear nuestros tesoros más preciados de la vida cotidiana…

¿Y los enfogonamientos con que te torturas y torturas a los demás, cada día? –cuestiona Kutico-…

¡¡¡Esos desagradables momentos… los lloros ante la impotencia de resolver múltiples problemas… ocupan casi un 15% de mi cuerpo!!! –exclama Píndaro-… Como el sistema de comunicación abierta… directa… a través de las redes sociales –o “suciales”, como quieras llamarle- o, enfrentando directamente la realidad con mi continuo ‘bembeteo’, me acaparan casi un 20% de mi existencia, me doy el lujo de que casi nunca me detengo a contabilizarlo –aunque, en mi interior, reconozco que no me conviene hacerlo y, medalaganariamente, no lo hago-… 

Me tengo que lamentar, que se ha convertido en una costumbre muy peligrosa el que sólo me permito olfatear la realidad (presente y futura)… a prevenir… a analizar… estimar… en casi un 16% de mi tiempo….

¿Y tu cerebro? … ¿Dónde lo escondes?… cuestiona Kutico-… No te escucho hacer referencia a él…  Sin que te des cuenta, estás corrompiendo tu existencia….

Ahhhh… ¡Ese es mi 4%! –exclama Píndaro-…. De vez en cuando, le saco provecho y lo pongo a generar… Le doy el valor que se merece y lo alimento con nuevos conocimientos… Le saco los pies a lo ‘light’ y me esmero en lo ‘heavy’… En mis responsabilidades… conmigo y con los demás… ¡Ese es mi 4%!…. ¡No el 4% que me quieren reflejar para desviarme de mis compromisos con mi propia realidad!… Debo cuidar y alimentar mi cerebro para enfrentar la corrupción… que -eventualmente- me arropará…

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