POR FRANCIS MESA
Desde hace muchos años forman un dúo dinámico. Él, un experimentado, premiado y reconocido actor, dramaturgo y director; ella, una joven promesa del humor y el teatro. ¿También del canto?, dominicanos.

Franklin Domínguez y Josefina (Fifi) Almonte se unen una vez más. Esta vez para iniciar la Temporada de Teatro 2005, a partir del 1 de septiembre, en la Sala Ravelo del

Teatro Nacional, con el monólogo, en la sala Ravelo del Teatro Nacional “El derecho a renacer” una obra que, según relatan, describe a una mujer que lucha por lo que quiere, pero que en su trajinar, tiene que enfrentarse a la vida y a las vicisitudes cotidianas.

“La obra habla de una mujer que se da una segunda oportunidad. De una persona que ha sufrido mucho, pero que tiene la convicción de que puede salir adelante. Es sobre el optimismo, sobre el valor y la autoestima”, declaró Fifi.

Las particularidades de este montaje son muchas, pero las que más se destacan son, primero, que la dramaturgia fue escrita especialmente para la actriz -“como un aporte a un valor joven y con mucho potencial”, ha dicho el autor- y luego, que tendrá funciones dobles los días de presentación.

Ambos lucen entusiastas y esperanzados con las expectativas que se han creado de la obra. De hecho, ya muchas empresas se han acercado a ellos para pedirles funciones especiales, entre ellas, Telemicro.

Entre todas las responsabilidades a las que se ha enfrentado, este monólogo ocupa un lugar muy importante. “Para empezar, es la primera vez que hago un monólogo. Gracias a Dios que el profesor (así se refiere a su mentor y guía, Franklin Domínguez) ha confiado en mí para este proyecto, por el que me he preparado, me he estresado y sólo pienso en quedar bien, en hacer un buen trabajo. Para eso me estoy preparando.

Fifi no sólo actuará en la obra, también cantará, bailará, llorará y reirá. Dice que es una pieza muy personal en la que se interioriza mucho en la vida de la mujer.

“Con este montaje, sólo espero que el público vea una Fifi distinta a la que está acostumbrado a ver en la televisión. Aclaro, no me avergüenzo de las comedias, sino que en teatro es otra cosa y es lo que quiero demostrar una vez más, que soy artista y que puedo hacer muchas cosas”.

EL DIRECTOR

Franklin Domínguez, con más de medio siglo dedicado al teatro, no dudó un segundo para escribir su obra inspirado en la actriz que descubrió hace ya muchos años. “Desde que Josefina tenía 13 años está trabajando conmigo. Lo primero que hicimos fue “Colón, agua y apagón”, luego en “Bailemos ese tango” y me acompañó al Repertorio español, donde presentamos varias obras”.

Domínguez es consciente del potencial que tiene la actriz, pero lo que más le interesa es destacar que un joven talento puede hacer grandes y buenas cosas, por lo que apuesta a su pupila.

También conoce de las limitaciones a las que se enfrentan quienes hacen arte en el país. Es por ello que nunca hace proyectos en los que deba hacer grandes inversiones, como en ostentosas escenografías, vestuarios llamativos o accesorios costosos, simplemente trabaja con lo esencial.

“Nunca he perdido. Sino gano, por lo menos no pierdo. También hago negociaciones con el reparto, con tal de que todos obtengamos beneficios. Soy muy viejo en esto y sé cómo funcionan las cosas”.

No es partidario de dejarlo todo al Estado para que resuelva los problemas. Reconoce que no todo es color de rosa, pero tampoco cree en la teoría de cruzar los brazos y esperar que las bendiciones le bajen del cielo.