“El espíritu de mentira”

“El espíritu de mentira”

Según una encuesta dada a conocer en los Estados Unidos, un ciudadano promedio de aquella nación puede decir en un día normal, aproximadamente, 200 mentiras. Para algunos esta cifra parecería exagerada. Pero hay una realidad, los seres humanos mentimos, y este fenómeno se debe a que vivimos, ciertamente, en un mundo secular y secularizante, donde los valores de este mundo no son los valores del Reino de Dios.

No deseo que usted entre en pánico y comience a sacar el número de mentiras pequeñas o grandes que usted suele decir al día. De esto no se trata el tema. Mas bien deseo que podamos detenernos a reflexionar y descubrir que tipo de persona queremos ser dentro de esta sociedad, y sobre todo, tratar de enfocarnos en reconocer que en lo que hablamos, reflejamos la calidad de cristianos que decimos o queremos ser.

Es muy fácil dejarse arrastrar por las normas de este mundo, donde el patrón de medida del valor de un hombre o una mujer no está basado en los valores cristianos de integridad y honestidad, sino, muy lamentablemente, en el dinero, los apellidos sonoros, las relaciones o influencias con las esferas de poder, o el cargo que efímeramente pueda llegar a tener en un momento determinado de su vida.

Uno de los resultados de la mundanalidad que nos rodea es el uso de la mentira. A algunos les ha tocado criarse en hogares disfuncionales, donde los modelos de padres que tuvieron fueron bastante distorsionados y no fueron enseòados a vivir en la verdad. Aún los líderes políticos, sociales y empresariales de esta nación nos muestran, patéticamente a diario su alta capacidad para mentir, olvidando que la seriedad de un hombre se evidencia en un caminar con apego a la verdad.

Mucha gente dice mentiras con una facilidad espantosa, llegando a creerse sus propias mentiras, y convirtiendo su vida misma en una vida de mentiras. Mienten a todo el mundo, incluyendo a los seres que dicen mas amar o respetar.

Vemos a diario como matrimonios, amistades y relaciones basadas en la confianza de años han sido rotas en un día, cuando se ha introducido el espíritu de mentira. Mas para los creyentes la mentira es un pecado, y la Biblia señala que es un fenómeno espiritual que no viene de parte de Dios, sino de Satanás, quien es “mentiroso desde el principio y padre de mentiras” (S. Juan 8:44).

La mentira vino como resultante de la caída del hombre por su pecado. La mentira nos esclaviza, pero Cristo murió y resucitó para que seamos libres de todo pecado y maldición, incluyendo el espíritu de mentira.

Tú y yo podemos ser libres del espíritu de mentira que está en este mundo, y ser la diferencia a través de cultivar una vida basada en la Palabra de Dios, permitiendo que la persona de Cristo entre a nuestras vidas, aceptándolo como Salvador y Señor, y ser participantes de la naturaleza divina que viene con la presencia del Espíritu Santo en nosotros.

Te exhorto a que le hables a Cristo con tus propias palabras, y confiésale todas las debilidades en tu personalidad, incluyendo la mentira que te ha hecho esclavo, aunque parezca difícil o imposible para ti. Porque no es libre el que dice mentiras, mas bien es libre el que pudiendo decir una mentira escoge siempre decir la verdad, y ser veraz en todos sus caminos. Recuerda que Cristo dijo en S. Juan 8:36: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Amén. (regilmedina@hotmail.com; http:\ www.regimedina.us.tt).

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