“El gobierno no va a dar el salto desde la estabilidad hacia la política de desarrollo”

“El gobierno no va a dar el salto desde la estabilidad hacia la política de desarrollo”

POR ISAOLYM MIESES
Con una política social asistencialista, poco eficiente y dispersa, y con el metro en contra, el medio término del gobierno morado no atrae muchos halagos del economista Pavel Issa Contreras. Desde su perspectiva, es lógico el temor de que el país no va a dar el salto desde la estabilización macroeconómica hacia el desarrollo. No ve movimientos claros y decididos para impulsar políticas de desarrollo. Lo que ve, en cambio,  es una excesiva autocomplacencia con el alcance de la estabilidad macroeconómica y un crecimiento que se verifica más en los números que en la realidad y en las condiciones de vida de la gente.

“Si no da el salto, y parece que no lo va a dar, porque no tiene claro el camino, me temo que se va a quedar ahí y que va a ser una nueva experiencia de frustración para el pueblo dominicano”.

La política social adolece de cuatro problemas fundamentales, explica. Primero, ausencia de recursos suficientes. Eso se debe a que el gobierno no se comprometió a impulsar una reforma tributaria que implicara un aumento significativo del ingreso que permitiera financiar los programas sociales. El gobierno no echó el pleito que tenía que echar para conseguir los recursos fiscales que tenía que conseguir y se transó con zona franca, con turismo, con el sector financiero y con el sector agropecuario. “Entonces si esos son tus socios y tus aliados, obviamente no vas a obtener recursos fiscales para financiar los programas sociales”

 Para Issa, el segundo punto en contra es “una tremenda dispersión institucional”. Además de las secretarías de salud y educación tienes programas como Promese, Solidaridad, Inespre, Lotería, Comedores Económicos. Con políticas sociales no se debe tener esa dispersión. Entiende que hace falta buscar la centralización institucional, en algún tipo de secretaría de estado de política y desarrollo social que elimine todas esas dependencias y programas y lo fusione en un solo esfuerzo.

“El Gabinete Social supuestamente está llamado a hacer eso, pero probablemente sea inefectivo en una buena coordinación y lo que está haciendo es administrando el programa de solidaridad. Eso se debe a la lógica política en que funciona este país. Cada institución del Estado es un feudo privado del cacique de turno. Si se logra algún tipo de coordinación es por la buena voluntad de los funcionarios, no porque haya una visión. Tiene que haber una integración efectiva”.

El mal en la sábana

El tercer problema, subraya, es el excesivo énfasis en los problemas de asistencia social. Programas que tan solo procuran paliar los efectos de la pobreza y no atacar las causas. Las causas tienen que ver con capacidades deprimidas de la población de ser productiva. “Una población enferma, muy vulnerable a las enfermedades y no entrenada, no es una población con capacidad de ser productiva y de superar su propia pobreza. De ahí tú tienes un programa de solidaridad con algunos recursos y un gran subsidio en gas licuado de petróleo, en electricidad y en otros elementos, y tienes una gran debilidad en gasto en salud y educación.

¿Dónde están las prioridades? en atacar las sábanas y la fiebre no está en las sábanas. El cuarto problema es la altísima inefectividad y los excesivos recursos dirigidos hacia los sectores más altos. La mayor inefectividad está en el subsidio a la electricidad y el GLP. Está comprobado que las familias más rica son las que más consumen energía. Por otro lado, los programas que son dirigidos a los pobres probablemente son inefectivos por su naturaleza.

“En conclusión, tenemos una política social que dice estar haciendo un esfuerzo por los más pobres, pero no tiene los suficientes recursos. Por otra parte, salud y educación que son lo programas tradicionales más importantes para hacer frente a la pobreza no tienen recursos suficientes. Tienen presupuestos muy bajos con relación al producto interno bruto”.

Issa entiende que la política social debería hacer más esfuerzo en los programas colectivos, como los de salud colectiva fortaleciendo el régimen subsidiado, aquel que ofrece servicios de salud a las personas muy pobres que no tienen ingresos fijos. “Ese régimen está muy débil todavía. Ahí es que hay que prestar atención”. 

El metro, impuesto a la cañona

Considera que es el mejor ejemplo de autoritarismo y voluntarismo desde el Estado, dice Issa Contreras. El metro va porque el presidente quiere, no porque haya un convencimiento de que es una solución necesaria aún sea para una parte de la población. Lo peor, afirma, es que a los dominicanos les va a impactar por la vía de sustraer significativos recursos públicos de ahora y del futuro.

“De ahora porque parte de esos recursos están siendo destinados para eso. Y en el futuro porque los créditos que se están tomando ahora van a ser pagados en el futuro, van a ser sustraídos de unas bolsas que bien podrían financiar programas sociales y de creación de capacidades de largo plazo. Financiar salud y educación es crear capacidades productivas”.

No hay consenso al respecto, lamenta. De hecho tienen muy poca base social y legitimidad. “Creo que es un proyecto cuestionable. El metro pudo haber concitado apoyo, pero fue impuesto a la cañona y eso es irritante. Es una muestra más de que seguimos con la política balaguerista de los megaproyectos y de varilla y cemento para perpetuar la imagen a lo largo del tiempo”.

El Dólar

Pavel Issa Contreras es del convencimiento de que nunca debió dejarse caer la tasa de cambio a los niveles en que cayó, del 28, 29 y 30. De todas formas explica que la estabilidad cambiaria se han conseguido en base a dos elementos. El primero, un fuerte endeudamiento del Banco Central con la economía, que al final es deuda pública. “Es la misma política que siguió Hipólito Mejía, solo que con esta administración se hizo mucho más efectiva”.

La política consistente en recoger con una gran aspiradora todo el dinero que se tiró a la calle para salvar a los bancos. Obviamente, explica, para hacer esto el Banco Central tiene que ofrecer una tasa de interés muy elevada. La otra causa ha sido el retorno de capital. Tan pronto Hipólito Mejía salió del poder los capitales salieron de debajo de los colchones y vinieron del extranjero masivamente.

Sin embargo no espera un movimiento significativo de la tasa de cambio. La política monetaria va a seguir siendo muy restrictiva y absorbente, manteniendo un elevado nivel de recursos del público en el Banco Central. “Por eso creo que la confianza va a estar más o menos estable. De todas manera el costo es muy alto”.

El costo es un Banco Central y un gobierno altísimamente endeudado con el público y lo van a tener que pagar de los recursos de los contribuyentes. “¿Cómo lo van a hacer? Yo creo que necesariamente van a contreñir el gasto para generar ahorros en el sector público y transferírselo al Banco Central”.

En el fondo, el gobierno tiene una deuda con el público de 160 mil millones de pesos. La forma en que el gobierno lo va a pagar, a largo plazo probablemente de 10 a 15 años, es generando todos los años un superávit, gastando menos de lo que ingresa y transfiriéndole al Banco Central para que pueda pagar a los depositantes si tener que emitir nuevos certificados para volver a recoger esa plata que tira.

“Es decir que el dinero de nosotros es el que va a pagar la quiebra de los bancos. Obviamente es un dinero que se pudo haber gastado en salud y educación, puentes y carreteras. Ese es el drama: banqueros corruptos en complicidad con funcionarios corruptos”.

En eso consiste, explica, el déficit cuasi-fiscal. ¿Cuánto le cuesta al Banco Central los intereses que tiene que pagar a la gente por sus certificados. Todos los intereses que tiene que pagar sobre 160 mil millones de pesos. Eso tiene que pagarse de algún lado. Los intereses que paga a los depositantes tiene que sacarlo de circulación para evitar la devaluación de la moneda. Al no tener alternativas, vuelve a atraer más ahorros a altos intereses y eso se va convierte en una bola de nieve.

“La única forma de pagar eso es que de los impuestos que recaude el gobierno los mande al Baco Central para sacarlos de circulación. Hay que generar un ahorro público grande y eso hay que lograrlo recortándole a salud, educación, obras públicas… y todo eso además con el metro en contra”.

La reforma fiscal

En relación al tema de la política fiscal, el economista Pavel Issa Contreras tiene su propia versión, y no cree que se esté cocinando una nueva reforma en ese sentido. Considera que la persona que planteo el tema “no lo hizo diciendo que había que hacer una nueva reforma fiscal. Sino poniendo un ejemplo de cómo políticas fiscales equivocadas penalizan el proceso productivo, y esa persona decía que para ser más competitivo había que cambiar esa mentalidad, como la mentalidad que hacía que en República Dominicana tuviera impuestos a inicios de los procesos productivos”.

Considera que realmente se hace necesario una nueva reforma fiscal verdadera. Que grave allí donde hay, en los segmentos de más altos ingresos de la población nacional y que lo haga una vez se creen las riquezas, no en el proceso productivo. Si no cuando ya se genera la ganancia y la gente va a distribuir beneficio en las empresas, ahí se grava como se hace en la mayor parte de los países.

“Hace falta una nueva reforma fiscal, pero no puede seguir siendo el mismo tipo de reforma fiscal que hemos tenido, con exclusivo énfasis por los ingresos. Para que haya legitimidad de la reforma por el lado del ingreso tiene que dársele legitimidad al gasto. Y la forma en que el estado gasta el dinero es la forma más ilegítima, con falta de transparencia y altos niveles de corrupción”.

Es necesario hacer el énfasis en el impuesto sobre las riquezas, sobre el ingreso, que es lo que ha faltado, señala. En la reforma tributaria que se hizo, se puso demasiado énfasis en elevar las tasas impositivas de selectivos. No es que esto esté mal, pero si es sólo eso, no está bien. Tiene que completar el panorama gravando los ingresos de los más ricos, aunque sea gradualmente.

También señaló la importancia de gravar los impuestos sobre los intereses. “Es escandaloso que los grandes perceptores de ingresos por intereses, por depósitos bancarios estén exentos. El mensaje es terrible: Pon tu plata en los bancos a ganar intereses y cóbrate de ahí y no lo pongas en una empresa, porque si lo haces te voy a cobrar. El mensaje es: pueblo dominicano, no invierta en actividades productivas, deposítalo en los bancos”. 

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