“Gala de estrellas”, la danza en su más alta expresión; el evento satisface todos los gustos

“Gala de estrellas”, la danza en su más alta expresión; el evento satisface todos los gustos

La Gala de Estrellas de la Danza Mundial que viene presentándose desde el año 2007 en el Teatro Nacional por iniciativa de Mónika Despradel, se ha convertido en una tradición y en el espectáculo dancístico  más esperado e importante de nuestro país. Esta fiesta del movimiento tiene además una noble motivación: favorecer precisamente a aquellos “Ángeles”, albergados   en su “Nido”.

La danza es  la ilusión del movimiento, pero para crear esa ilusión es necesaria la realidad de un cuerpo humano articulado, entrenado, el cuerpo del bailarín, que como el barro,  es  moldeado por el hacedor de danza que desde su particular enfoque, danza la vida o lo que  intuye de ella,  no importa el lenguaje, el estilo utilizado, la danza  será siempre,  comunicación y entrega. Los bailarines excepcionales, convocados a esta Gala han sido capaces de, como instrumentos precisos de los coreógrafos,   llevar la estética sublime de la danza clásica y  la expresividad corpórea de la danza contemporánea. 

 En las propuestas coreográficas presentadas hay una apuesta hacia una expresión de danza libre, sustancialmente sugerente, un énfasis en la búsqueda de nuevos lenguajes, de formas  distantes del purismo académico,  donde el hombre  y sus  pasiones son el  motivo; conceptos de vida, amor, erotismo, pasión, dolor y muerte, es la impronta, la vanguardia, es la danza del nuevo siglo.

El Ballet Nacional, con una coreografía de Isadora Bruno, se adhiere a esta corriente. “Más” es un requiebro lúdico, acompasado por los aires del tango de Piazzola, que tiene magníficos  exponentes: Stephanie Bauger, Lisbell Piedra, Adriana Pérez y Julián Garay.

Michelle Jiménez y Jan Zerer, del Ballet de Holanda, interpretan,  de Rudi van Dantzig, el paso a dos “Voorbij Gegaan”. Los elaborados movimientos son transmitidos con plasticidad; Michelle deleita, la ingravidez sublime de su cuerpo encanta. Zerer acompaña, amorosamente. Con similares resultantes  más adelante interpretan “Frank Bridge Variation”, un pas de deux de Hans van Manen.

La danza clásica se hace presente con el “Grand Pas Classique” de Víctor Gsovsk, homenaje a Petipá, ejecutado por Iana Salenko y Mariam Walter del Ballet Stuttgart, de Alemania. Dentro de los cánones de la danza académica, sobresale la elegancia del estilo, la pureza de líneas de la bailarina y el virtuosismo mostrado en la diagonal y coda. Walter  hermoso bailarín y estupendo ‘partner’,   confrontó pequeños inconvenientes, en los acabados de los “piruettes”, aunque mejora al final.

La bailarina cubana Hayna Gutiérrez interpreta “Sola”  pieza ballet-teatro de Manuel Garzón. La soledad, el abandono, la depresión como consecuencia, son estados transmitidos con exquisita sensibilidad.

Una de las piezas más ovacionadas fue “Grand Pas de deux”, original de Christian Spuck. Elisa Carrillo y Mikahail Kaniskin hacen las delicias de esta parodia  al ballet clásico, osadía sólo lograda por bailarines excelentes,  dotados de  gran histrionismo, como  esta pareja perteneciente al Ballet de la Opera de Berlín.

Del reconocido coreógrafo Nacho Duato, del Ballet Nacional de España, Francisco Lorenzo y Marina Jiménez, interpretan magistralmente  “Cor Perdut”. El lenguaje creativo y armonioso logra emoción.

De nuevo, la Gala de Estrellas de la Danza Mundial satisface todos los gustos.

Zoom

Impresionante

Bailarines alemanes

Impresionante resultó el paso a dos “Kazimir Colors” de Mauro Bigonzetti, ejecutado brillantemente por Mikhail Kaniskin y Elisa Cabrera, del Ballet de Stuttgart. Interpretando “Anymore” coreografía de Raymondo Rebek nuevamente sobresale Iana Salenko junto a Marian Walter, quien tiene esta vez mejor desempeño.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas