“Gala de Primavera” síntesis armónica de artes

“Gala de Primavera” síntesis armónica de artes

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Anna Tonna, mezzo-soprano de voz exquisita luce todos sus matices en el espectáculo del Ballet Nacional Dominicano que llenó de arte la sala Máximo Avilés Blonda del palacio de Bellas Artes. José Andrés De los Santos.

La danza es expresión del alma y el cuerpo,  partes esenciales del hombre, y cuando la representación incluye además de la música, la lírica, la poesía y la plástica, la danza  se convierte en síntesis  de todas las artes. La Gala de Primavera presentada por el  Ballet Nacional en la Sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes, alcanza esa impronta,  produciendo en el público placer y    deleite, al tiempo de recibir las emociones emanadas  de los ejecutantes.

El primer ballet de la Gala es un corto coreográfico titulado “Evocación” inspirado en el bolero homónimo del compositor Papa Molina. Carlos Veitía recrea un poema danzado tierno y sugerente, exquisitamente interpretado por los primeros bailarines,  María Valeria Melogno y Marcos Rodríguez.

  El programa continúa con  “Las noches de Verano”, en este fino ballet  se unen en un ideal estético diferentes expresiones artísticas. Carlos Veitía y Andreína Jiménez, desde su particular enfoque del movimiento, logran la unidad estilística que mantiene cohesionado el todo en su pluralidad. “Las noches de Verano”, comprende el ciclo de canciones del compositor Héctor Berlioz, quien se inspira en los poemas del poeta y crítico de danza Théofile Gautier.

 Cada canción cuenta su  historia con su carga de  sentimientos profundos, motivos para la recreación danzaría de ambos coreógrafos, que desarrollan dentro de un marco escenográfico exquisito en su sencillez, creado por José Miura. Andreína Jiménez, en plena madurez artística, alcanza un momento sublime en “Ausencia” y en “El cementerio” su danza se hace más intensa, más elaborada. Veitía asume tres canciones, “Espectro de la Rosa”,  “En las lagunas” en la que utiliza  una tela envolvente de marcado efectismo  y “La isla desconocida” que se convierte en verdadera apoteosis; cada canción  lleva su acento, su inagotable inventiva de movimientos y formas se sustentan en el ritmo  que es para él, canto vital.

Las canciones se suceden, y dan oportunidad al lucimiento de   Anna Tonna, mezzo-soprano de voz exquisita, rica en matices contrastantes, su sentida interpretación logra aislar cada canción y transmitir  el sentimiento que emana de cada una. Acompañada al piano magistralmente por  la reconocida instrumentista, María de Fátima Geraldes, música y canto se convierten en parte consustancial de la propuesta escénica.

Hay  otro elemento, una presencia, un hilo conductor  que nos muestra  cada mundo creado por la imaginación del poeta, es el propio Théophile Gautier,  encarnado por Eduardo Villanueva; hay entre él, la poesía de Gautier y la música de Berlioz, una entrañable relación, la emoción en su voz en cada verso,  logra conmovernos, y es que Villanueva, polifacético,  es  verdaderamente un artista renacentista. Los bailarines, elementos imprescindibles muestran gran profesionalidad. Sobresalen;  Manuela Nuñez, Maikel Acosta, Marcos Rodríguez, María  Valeria Melogno, Yuleidy Pérez, Alba López, Eva Martín, Raquel García y Ednis Gómez y Starling Díaz

El poema “Hay un país en el Mundo” de Pedro Mir, un canto de reflexión,  motivan a la coreógrafa Mercedes  Morales. La carga de simbolismos y metáforas alucinantes del poema, tiene una respuesta abstracta en su concepción danzaría… “país colocado en el mismo trayecto del sol”.  Ciertamente la danza no es una narración, pero se puede narrar una historia o extraer el significado de unos versos  a través del baile, Mercedes ha optado en su propuesta por  los símbolos, Patria…futuro, y a través de sus diseños y formaciones, muy bien elaborados, insinuar algunos  versos de profundo contenido “y entre tanto cuatro cordilleras cardinales”. Utiliza la brevedad de unas imágenes para evocar la canción deliciosa de “los ingenios de azúcar y de alcohol, ¡Son del ingenio!”. La figura imponente de Carlota Carretero -alegoría de la patria- se señorea, está ahí a pesar del “país inverosímil, donde la tierra brota y se derrama y cruje como una vena rota”.  La escenografía de Liliana Soto y la música –Rubalcaba, Masalles, Hendelson y Castellanos- en su diversidad son elementos que adicionan.

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Algo más del espectáculo

Los bailarines lucen estupendos, compenetrados con la idea y el sentir de la coreógrafa.

La  Temporada de Primavera 2013 es una producción del Ballet  Nacional Dominicano, bajo los auspicios del Ministerio de Cultura y el Patronato Dominicano por la Danza.

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