“Han intentado crear la imagen de que soy una mujer negra enfadada”

“Han intentado crear la imagen de que soy una mujer negra enfadada”

Michelle Obama es consciente del revuelo que ha causado el libro de Jodi Kantor sobre la pareja presidencial. Por eso este miércoles concedió una entrevista en el programa matutino de la CBS. Se trataba de desmentir un retrato que la presenta como una mujer irritable e insegura, en una pugna constante con los asesores de su esposo. “Desde el día en que Barack anunció su candidatura a la Casa Blanca -ha dicho la Primera Dama- han intentado crear la imagen de que soy una mujer negra enfadada”.

Michelle ha explicado que no ha leído el libro, pero eso no le ha impedido entrar en algunos detalles de su contenido.

Asegura que no asiste jamás a las reuniones de su esposo y que nunca ha discutido con las personas de su entorno. “Estoy segura de que podríamos mirar día por día y encontrar cosas que desearíamos no haber dicho”, ha dicho en antena. “Las personas tropiezan y cometen errores todos los días y eso ocurre en las familias, en las iglesias, en las escuelas y en todo el país. Todos decimos a veces cosas que no queremos decir”. El libro de Jodi Kantor se titula “The Obamas” y es el fruto de las entrevistas con treinta personas que han trabajado al servicio de la pareja. Sus páginas presentan a Michelle como una mujer insegura, irritable y frustrada con la gestión del equipo de su esposo, al que señalaba como el responsable de su impopularidad.

La relación tormentosa con Emanuel y Gibbs. A Michelle nunca le gustaron ni Robert Gibbs ni Rahm Emanuel. El primero fue portavoz de la Casa Blanca hasta su dimisión.

El segundo fue jefe de gabinete de Obama hasta el otoño de 2010 y hoy es alcalde de Chicago. Con los dos mantuvo la Primera Dama una relación tormentosa desde el primer día. Entre otras cosas porque creía que estaban menos pendientes de gobernar que de allanar el camino de la reelección y que no ayudaban a transmitir a la ciudadanía los esfuerzos de su esposo por aprobar reformas impopulares pero necesarias.

Este miércoles Michelle ha insistido en que el relato del libro no era cierto. Ha admitido que es “una de las confidentes más importantes” de su esposo pero ha asegurado que no tiene ninguna influencia en sus decisiones: “Él tiene a docenas de personas muy inteligentes a su alrededor. Yo no soy una experta en la mayoría de los asuntos que tiene entre manos todos los días y quiero que hable con aquéllos que tienen la mejor información.

Aunque eso no quiere decir que no tengamos nuestras charlas y nuestros debates o que mi esposo no sepa lo que yo pienso”.

El libro desmiente esa versión y explica que las tensiones con el entorno de Obama arrancaron al principio del mandato del Presidente por un asunto personal: Michelle prefería esperar al verano para mudarse a la Casa Blanca.

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