“Hay misterios que bloquean el éxito de alguna gente…”

“Hay misterios que bloquean el éxito de alguna gente…”

Al encontrarme hace unos días con un amigo santiaguero este me reclamó que he dejado pasar demasiados días sin soñar con el caballero aquel, el que decía “vamos a ver” y no veía nada. Quizás ese deseo se me reforzó en el subconsciente al escuchar su poderosa voz en un anuncio del PRSC, tal vez el único partido del mundo que emplea a un difunto para promover a su candidato, que de verdad no es suyo…

El asunto es que volvió y volvió y tuvimos como de costumbre nuestro “conversao”, esta vez en mi terraza, mientras afuera la noche vibraba con el canto de querebebés.

“Gracias por volver a visitarme, doctor, ¿cómo está?”, dije. “Asombrado”, respondió, hablando tan bajito como si secreteara. “¿Y de qué? Yo pensaba que a usted nada lo asombraba…”, pregunté.

“Je, je, je… Siempre hay que poder asombrarse porque si no uno se vuelve un cínico. Le diré qué me asombra. Me asombra que a pocas semanas de las elecciones el panorama luzca tan incierto y sin embargo el país esté tan relativamente tranquilo. Es bueno eso, sí. Pero no deja de sorprenderme…”, me dijo.

“¿Y qué cree del desmadre de su PRSC?”, inquirí. Respondió: “Pues eso no es nuevo. Me critican por no preparar un sucesor dentro del partido. Pero eso no ocurre así, los sucesores se hacen, con su talento, voluntad y la suerte. ¿Quién iba a sospechar en 1994 que el próximo gran líder político dominicano iba a ser el Presidente Fernández? ¡Nadie, ni Juan Bosch! El destino de los políticos resulta de una mezcla de prudencia y audacia, de voluntad y carisma, pero más que nada, ¡de la buena fortuna!”.

Y siguió: “En los reformistas siempre hubo líderes que reunían muchas de esas condiciones, pero rara vez se dan todas juntas, y aun cuando se dieran, insisto en que la suerte es un factor de primer orden, no suerte en el sentido de ciertas supercherías ni de milagros supernaturales que se impongan a la razón: por más voluntad que exista hay cuestiones imponderables, misterios que bloquean el éxito de alguna gente…”

 Y concluyó: “Fíjese cómo Hipólito Mejía, mi viejo amigo, tuvo tantísima suerte que salió ahora otra vez candidato del PRD. Pero más suerte tuvo el PLD pues cualquier otro candidato ¡daría una pela a los comesolos!”.

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