“La bella durmiente”, un excelente montaje

“La bella durmiente”, un excelente montaje

POR JORGE RAMOS C.
El Ballet Clásico Alina Abreu logró un excelente montaje en la sala principal del Teatro Nacional de su versión del famoso cuento  “La bella durmiente”, protagonizado por Vanesa Contín y Andrés Estévez como la princesa Aurora y el príncipe, respectivamente.

Tras seis meses de trabajo y de largas horas de ensayo, la satisfacción es grata para Alina, productora, directora y coreógrafa del espectáculo que preparó para que grandes y chicos lo disfrutaran con aproximadamente 200 personas en escena.

La función especial del viernes a las 10:00 de la mañana tuvo características especiales con sobrados aplausos, mucha algarabía y los gritos ensordecedores de los niños estudiantes de  colegios y centros infantiles, quienes fueron los invitados especiales. Éstos llenaron la sala en el  área de platea.

“La bella durmiente” se presentó el viernes, sábado y domingo con el colorido del vestuario de Magaly Rodríguez, impresionante escenografía de Fidel López y un apropiado diseño de luces  a cargo de Emmanuel Ferry y Bienvenido Miranda, sin dejar de mencionar la regiduría de escena de una experta como Marosa Mallorga y el ensamblaje del espectáculo que fue realizado por el cubano Jorge Riverón.

Los infantes, acompañados de sus profesoras y algunas madres, atendieron a la narración de Aidita Selman y al final, cuando las cortinas se cerraron,  despidieron al  elenco con tremenda bulla en señal de que entendieron la historia de la princesa que tiene que ser despertada por un beso de un príncipe a los 16 años, tras el conjuro que le hizo un hada malvada, porque no la invitaron al bautizo de la princesa en cuestión.

Al pincharse el dedo el día de su cumpleaños, Aurora cae al piso ante el asombro y la tristeza de sus padres. El hechizo se rompe y ella despierta cuando el príncipe (Andrés Estévez) aparece al final de la obra y le impregna un beso de amor, acción que provocó fuertes gritos de los niños.

“LA BELLA DURMIENTE”

  El ballet “La bella durmiente” es considerado como una de las obras más importantes del coreógrafo Marius Petipa y el compositor Piotr Ilich Tchaikovsky (autor de la música).

Alina Abreu lo montó  en un prólogo y tres actos, con música e historia originales de Tchaikovski y Charles Perrault, respectivamente. La coreografía está basada en la original de Marius Petipa y Lev Ivanov.

Abreu se apoyó en la experiencia de varios maestros del ballet tanto de aquí como del extranjero, como Zenaida Terrero, Marinella Sallent, Armando González y el propio Jorge Riverón, quien vino manera especial para el desarrollo de esta súper producción.

A su vez, fueron asistidos en los ensayos por las ballerinas Sheila Victoria, Alejandra de los Santos, Ileana Hernández y Miosotis Romero.

Tchaikovsky comenzó a escribir la música de “La bella durmiente” en diciembre de 1888 y terminó el 30 de enero de 1889. El 15 de enero de 1890 se estrenó en el Teatro Marinsky –hoy Teatro Kirov- en San Petersburgo. 

La riqueza musical de “La bella durmiente” es inseparable de la variedad y belleza de las secuencias dancísticas; una nueva forma de música y acción coreográfica nacieron en ella.

Como en una sinfonía, cada una de las cuatro partes –prólogo y tres actos- es capaz de existir sin las otras tres, pero para una completa comprensión y valuación es necesario ver y escuchar toda la obra. 

DATOS

Espectáculo: “La bella durmiente”

Dirección y producción: Alina Abreu

Escenario: Teatro Nacional

Funciones: Del 26 al 28 de octubre

Escenografía: Fidel López

Vestuario: Magaly Rodríguez

Coreografía: Alina Abreu

Luces: Bienvenido Miranda/Emmanuel Ferry

Regiduría de escena: Marosa Mallorga

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