“Las hacendosas”,se exhibe  en París

“Las hacendosas”,se exhibe  en París

Marianne de Tolentino
Es uno de los barrios más antiguos de París, donde abundan las casas históricas. Una de ellas alberga la Galería JM’Arts, dedicada preferentemente a exposiciones de artistas oriundos del Caribe.

Está excelentemente situada, en la calle Quincampoix, a dos pasos del Centro Pompidou, conjugando así la vecindad del máximo centro de arte moderno y contemporáneo con la hermosura de muros seculares.

Ese local privilegiado, dirigido por la joven profesional del arte Johanna Auguiac, presenta actualmente a dos conocidas artistas: Barbara Prézeau –haitiana-, e Inés Tolentino –dominicana-. La atracción empieza desde la vitrina que exhibe un traje de novia y su velo sembrado de pétalos de rosa, pacientemente cosidos por Barbara Prézeau… durante una performance que duró siete horas. El lirismo de las volutas de tul “florido” atrae a los visitantes, que van a descubrir luego obras a la vez fuertes, diversas y refinadas.

El título de la exposición llama la atención. En francés, “Les Faiseuses”, o sea: las que hacen, “Las hacendosas”. Tiene un sabor semántico a idioma antiguo… tal vez porque, desde siempre a las mujeres le corresponde la carga de hacer los hijos, de hacer las tareas domésticas, de hacer llevadera la vida de los demás. No olvidemos que, tanto la galerista como las artistas programaron la exposición y su apertura para el Día Internacional de la Mujer.

Bárbara Prézeau e Inés Tolentino tienen obras muy diferentes, pero que se alían  visual y sicológicamente.  Ambas son artistas contemporáneas, apegadas a sus identidades y memorias respectivas, pero inmersas en un mundo que agrede si no se va autodestruyendo. Ellas observan ese descontrol evolutivo, lo ponen de manifiesto, le aplican una crítica a la vez aguda y sorda. En signos y discursos de gran belleza, desenmascaran -no obstante- terrores y horrores. Y ha causado impacto que, sin consultarse, esas dos enérgicas mujeres de hoy hayan recurrido a la costura y al bordado -¡oh tradición inmemorial!- para expresar convicciones y objeciones. Marta Traba lo hubiera calificado de “arte de resistencia”.

La exposición.  Barbara Prézeau, que empieza con una instalación-performance, interpretando el traje de novia y  confeccionando el velo,  a la vez mitifica y cuestiona la condición femenina desde la entrada. Artista que siempre se invistió en el estudio de los ritos  y el panteón vodú, ella continua apropiándose, real y espiritualmente, de objetos de culto para su propia obra, con los mejores resultados estéticos. Aquí ella utiliza las banderas, integradas en soportes contrastantes, enyesados e incisos gestualmente, con una escritura de signos y signatura aun: “Freda”, de hecho una composición estructurada en cuatro partes, causa impacto.

Los bordados en lentejuelas atraen por su material, destellos y colores. Al mismo tiempo el mensaje es evidente: no dejarse llevar por las apariencias. La Mater Dolorosa vigila y advierte, las relucientes deidades homenajeadas –cual sea su origen- imploran, inspiran y testimonian, pero no pueden corregir los males de una sociedad estereotipada y omnipresente, donde artificio y consumo obligado sustituyen a la naturaleza. La segunda vertiente de la obra, con sus tablas rústicas en forma y tratamiento,  que no deja de recordar la extraordinaria capacidad de recuperación haitiana, lo expresa e invita el espectador a su interpretación personal.

Inés Tolentino, una de las mejores dibujantes  dominicanas, sustituye en la mayoría de las obras la fluidez de su línea impecable por…  trazos bordados. Ella comenzó el año pasado acertadamente, pero ha pasado del acierto a la virtuosidad.  Encontramos transferidas por otro medio, la pureza y expresividad lineal que la caracterizan. Una misma calidad impera en las diferentes series, que le permiten, con un espíritu y mensaje semejante, variaciones en elementos y composición. En “Patrimonio”, encolando un marco interior de yedra, maneja la apropiación a la perfección, y en “Indiferencias” se vuelve desgarrador el contraste con el soldado enarbolando su bazuca y el fondo vegetal. En la obra de Inés Tolentino, la agresión es sutil, permanente y punzante. Sus espacios son parques de armas, como “Las rosas de mi jardín” – carros de asalto y cohetes-” o “Amor fatal” con revolver en el centro y espacio constelado de amantes victimarios.

Zoom

Culturas caribeñas

El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la Galería JM’Arts inauguró  una doble muestra individual formada por pinturas, medios mixtos, instalaciones y performance. La acogida fue tal que se prolongará hasta mayo. Transmite el diálogo de las culturas caribeñas.

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