Hoy 
POR GRECIA ESPINOSA
El Ballet Clásico Nacional, con dirección de Mónika Despradel, presentó en la Sala Eduardo Brito del Teatro Nacional, Los famosos momentos clásicos, un espectáculo de piezas impresionantes que reunió instantes mágicos, clásicos y neoclásicos. La función del jueves fue un aporte a la Asociación Dominicana de Rehabilitación.
Durante dos horas el espectador pudo apreciar en su máximo esplendor ese arte de expresión y virtuosidad o conjugación de pasos y secuencias que se ejecutan con precisión absoluta.
Inició con la obertura para presentar la compañía, para luego dar enfoques del hombre y la mujer primitivos. En sus relaciones prima el instinto hasta que se miran fijamente a los ojos y se compenetran, formando de esta manera un solo cuerpo.
El romanticismo de las historias, que a través de los movimientos estilizados y posiciones firmes realizaron los artistas durante las doce piezas, hicieron de esa noche algo inolvidable.
Los bailarines ejecutaron sus coreografías con el mayor grado de perfección de las técnicas. Espectaculares, perfeccionadas y profesionales, fueron las formas que tomaron los cuerpos, donde los pies y las caderas giran facilitando en equilibrio. La extensión de las piernas y ejecuciones de los saltos, con los brazos curvos, permitieron el dominio del cuerpo.
Carmen (mujer segura), danza con una fuerte dosis de erotismo. La muerte del Cisne, que inmortaliza la gran Ana, es una pieza clásica donde la intérprete transmite el dolor y la tristeza de un Cisne agonizante. Sigue Don Quijote (pas de deux del tercer acto), las bodas de Kitri y Basilio, y Cisne Negro (pax de deux del tercer acto del ballet El lago de los Cisnes). Ante la maléfica mirada del hechicero Von Rothlbart, Odile seduce al príncipe Sigfrido haciéndose pasar por Odette. Éstas fueron las piezas más aplaudidas por el público.
Muchas pueden ser las razones por las cuales la asistencia del público fue muy escasa, pese a que este espectáculo es una actividad de calidad y esplendor.
En Los famosos momentos clásicos, los artistas pusieron todo su empeño y demostraron disciplina, que conlleva a la concentración, perseverancia, sacrificio y cuidado.
