Hoy 
POR INGRIS LEYBA
Durante un acto al que asistieron intelectuales, escritores, críticos del arte e invitados especiales, el ensayista, músico y escritor dominicano Jacinto Gimbernard presentó su novela Los Grau, la cual cuenta la historia, costumbres y apariencias de una familia de clase media en la época de Trujillo.
La ceremonia estuvo encabezada por el presidente de la Fundación Corripio, José Luis Corripio Estrada; el asesor de la entidad, José Alcántara Almánzar y el director ejecutivo y autor de la obra, Jacinto Gimbernard.
La presentación, realizada en la biblioteca Manuel Rueda de la Fundación Corripio, estuvo a cargo de José Alcántara Almánzar, quien dijo que la novela narra una historia de crudas realidades humanas vista a través de la trayectoria vital de su personaje principal, Ramiro Grau, quien incapaz de resistir la vida rural con sus estrecheces físicas y mentales, se desplaza a la capital para ingresar al ejército, confiado en que su disciplina y afanes culturales lo llevarán a ocupar altas posiciones en la sociedad.
El fantasma de Trujillo recorre la novela de principio a fin, como un modelo que el protagonista trata de imitar. Estamos frente a una historia que retrata unos estilos de vida ya desaparecidos, apelando a la genealogía de una familia de la clase media capitalina, ilumina por una prosperidad que luego se esfuma, explicó Alcántara Almánzar al hablar a los invitados sobre la trama del material bibliográfico.
Dijo que ningún problema de la sociedad dominicana ha escapado a la mirada del novelista Jacinto Gimbernard, pues el autor a través del lenguaje sencillo plasmado en las 122 páginas de su novela hace que el lector se adentre a la realidad de una época y haga sus propias conclusiones.
En el aspecto técnico se trata de una novela lineal, donde los diálogos y expresiones coloquiales delatan la mentalidad y la procedencia social de los personajes. Posteriormente tocó el turno al autor, quien embargado por la alegría y satisfacción por las palabras de su amigo y compañero de labores, leyó el capítulo 7 del libro, y expresó su fascinación por aquella época en la que conoció, gracias a la imprenta que tenía su padre, a grandes intelectuales de ese tiempo.
