“Los peores enemigos de Duarte fueron los conservadores dominicanos”

 “Los peores enemigos de Duarte fueron los conservadores dominicanos”

Se le tiene como un duartiano apasionado desde que, con apenas 30 años de edad, venció a historiadores establecidos en una polémica sobre el protagonismo de Juan Pablo Duarte en la fundación de  República Dominicana.

Unas décadas después, y tras la publicación de varios ensayos fundamentales sobre el patricio, Juan Daniel Balcácer ostenta la condición indiscutible de ser una autoridad en la vida y obra de Duarte.

No guarda para sí esa sapiencia amplia y profunda sobre el patricio ni la administra con cuentagotas para un cerrado círculo de académicos. Por el contrario,  Balcácer procura esparcirla a las nuevas generaciones, adaptando sus ensayos a la comprensión de niños y jóvenes, impartiendo clases en universidades, dando conferencias a las más variadas audiencias, asumiendo su tarea de divulgación como un apostolado a favor de ese ser extraordinario que aún hoy no es valorado en toda su dimensión.

No hay dudas, Balcácer conoce bien a Duarte, sus éxitos y fracasos, lo que lo convirtió en héroe y lo que lo acercó al martirio. Es difícil, por tanto, aventurarse en la exploración de un aspecto que uno cree desconocido o poco debatido del patricio, pues Balcácer tiene a mano el dato o la interpretación de lo que otros suponen novedad.

Conscientes de su dominio del tema, lo interrogamos sobre variados aspectos de Duarte, haciendo hincapié en tres momentos que consideramos cruciales: su alianza con los reformistas haitianos, los resultados de sus misiones diplomáticas, y su derrota ante los conservadores dominicanos.

LMG Los estudiosos de Duarte coinciden en que su maniobra política más audaz fue el pacto con los reformistas haitianos que derrocaron a Jean Pierre Boyer, pero señalan que no pudo o no supo lograr el consenso entre los distintos sectores sociales para resistir la envestida de Charles Riviere; ¿qué opinión le merece esa apreciación?

JDB  Lo primero que hay que destacar es que Duarte supo interpretar correctamente la coyuntura política de 1843, cuando se produce la revolución de la reforma. Duarte, que ya había establecido contacto con un sector liberal del gobierno haitiano, entendió que esa era una oportunidad que los trinitarios, que venían trabajando de manera organizada desde 1838, debían aprovechar, no solo con el propósito de derrocar a Boyer, sino también con el objetivo de llegar al poder.

Balcácer señala que la estrategia de Duarte fue exitosa, pues los trinitarios fueron seleccionados  en las elecciones populares que se organizaron a raíz de la revolución de la reforma y ocuparon posiciones claves en la parte Este de la isla, lo que les permitió desarrollar una mejor labor de concienciación independentista.

“Un dirigente haitiano, al ver la incidencia de los dominicanos en los estamentos de poder, exclamó: “la separación es un hecho”. A partir de ahí, lo que se esperaba era simplemente el pronunciamiento”.

El pronunciamiento ocurrió, como se sabe, el 27 de febrero de 1844, como resultado de ese trabajo político realizado por Duarte, que no era sino una parte de su labor revolucionaria desarrollada a lo largo de una década. Se critica que, exiliado en Venezuela debido a la persecución desatada contra él por los haitianos, Duarte no estuvo presente la noche gloriosa en que se proclamó la independencia, pero queda claro que ese momento no hubiera sido posible sin la labor previa que él dirigió.

LMG También se sugiere que no tuvo éxito en sus misiones de recabar dinero y armas suficientes tanto para luchar contra los haitianos en el 44 como contra los españoles durante la Anexión en el 64.

JDB  Visto a la distancia, resulta cómodo criticar lo que pudo o no conseguir Duarte en sus misiones de apoyo político, financiero y hasta militar, para su causa libertadora. Pero hay que tomar en cuenta que la situación política no era la más favorable para que Venezuela se involucrase en la financiación de una revolución de otro Estado. Venezuela tenía la presión de España y una deuda histórica con Haití, de manera que eso hay que analizarlo desde el punto de vista de las relaciones internacionales, y no se le puede atribuir a Duarte un fracaso por no haber podido concretar una ayuda que otras personas, en iguales circunstancias, tampoco hubieran podido lograr.

Las dificultades en esas misiones de apoyo explican la petición que hace Duarte a su familia para que venda algunos bienes con la finalidad de solventar la revolución, actitud que evidencia el convencimiento del patricio en la causa de la independencia y lo retrata como una persona desprendida, sin ningún interés en bienes materiales.

De héroe a villano. Juan Pablo Duarte regresa a República Dominicana a mediados de marzo de 1844, es recibido con honores en el puerto de Santo Domingo, saludado como Padre de la Patria, y acompañado hasta su casa por una banda de música y una multitud que lo vitoreaba. En agosto de ese mismo año, es decir, solo cinco meses después, es acusado de traidor a la patria, condenado a muerte y expulsado a perpetuidad. ¿Cómo pudo ocurrir un declive tan vertiginoso?

JDB  Ese fenómeno tiene una explicación lógica dentro de las posiciones políticas y clasistas de la época. En ese recibimiento en el puerto estaban sus seguidores pero no estaban Santana, ni Bobadilla, ni Báez, sus opositores. El nombramiento de Duarte como comandante militar de la plaza de Santo Domingo, la más importante de la época, provocó que el sector conservador cayera en cuenta de que había regresado el verdadero líder del movimiento independentista, al que tendrían que cederle un espacio de poder, y ahí comenzaron las luchas.

Balcácer indica que Duarte encabezó la lucha contra el sector conservador, oponiéndose a  la cesión de una parte del territorio nacional, como pretendían los afrancesados, reafirmando de esta manera su visión, expresada originalmente en el juramento trinitario, de implantar una república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera.

 “Los opositores más feroces que tuvo Duarte no fueron los haitianos, sino los conservadores criollos que lo adversaron, lo persiguieron y lo expulsaron de la isla”.

LAS FRASES

«El 26 de mayo de 1844 Duarte se opone a la cesión de la bahía de Samaná, fijando una posición que, según Pedro Alejandrino Pina, alguna vez la historia reconocerá como la más acertada”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas