“Lucharé por mi parcela hasta la muerte”

“Lucharé por mi parcela hasta la muerte”

Virgilio Sosa Báez nunca pensó que a él, un hombre del campo, que lo único que ha hecho  toda su vida es trabajar la tierra para cultivarla, alguien lo iba a coger de relajo.

Pero sucedió. En el año 2002, durante el gobierno de Hipólito Mejía, el Instituto Agrario Dominicano le asignó una parcela en el proyecto Bajo Yaque, en Monte Cristi.

Con la llegada de Leonel Fernández al gobierno, en el 2004, se hizo una revisión de la distribución de las parcelas, como resultado de la cual volvió a ser favorecido con la asignación de una unidad productiva.

Pero, para su sorpresa, cuando fue a tomar posesión de la misma se encontró con que el ganadero Julio A. Martínez estaba en posesión de ella y la utilizaba para su ganado.

Ahí comenzó su viacrucis, porque frecuentemente tuvo que  viajar a todos lados para que se le resolviera la situación, sin éxito, habiendo perdido todo lo poco que tenía, particularmente una camioneta y un  buey, propiedades que vendió para financiar los gastos en que ha incurrido detrás de su parcela.

Como habían sido infructuosos los esfuerzos hechos con el director del proyecto, Freddy Pascal, para que se le resolviera el status de su parcela, el agricultor Sosa Báez llegó a hablar con el destituido director del IAD, Héctor Rodríguez Pimentel, quien lo remitió al departamento legal.

El departamento legal acordó con él la fecha del 14 de junio para definir su situación en el terreno, con la presencia del director del proyecto Freddy Pascal, pero cuando éste llegó al lugar junto a un amigo suyo se encontró con que lo esperaba el ganadero Julio A. Martínez con seis hombres más armados, y de inmediato los agredieron, a lo que él,  que entiende que tomar una decisión inteligente no pone en tela de juicio su valor personal, decidió retirarse porque una pelea en esas circunstancias era desigual.

Cuando volvió adonde el director del proyecto y explicó lo sucedido, la respuesta de éste fue que él había provocado al ganadero, cuando lo cierto es, según explicó, que los hechos ocurrieron al revés.

Además, el director del proyecto sirvió de canal al ganadero para que le hiciera la propuesta de que aceptara cambiar la parcela de 25 tareas por otra más pequeña, de 15 tareas, y que en adición le devolviera 50 mil pesos, una propuesta que, según explicó, no aceptó por considerarla “indecente”. Sosa Báez explica que él no es el único que está atravesando por la situación descrita, ya que las informaciones que ha recibido son de que el ganadero Julio A. Martínez está en posesión irregular de dieciséis parcelas del proyecto. Sosa Báez espera que las nuevas autoridades del IAD le resuelva la situación, ya que, según afirma, él seguirá luchando por su parcela “hasta la muerte”.

Las claves

1.  Asignación

El IAD asignó una parcela en el Bajo Yaque a Virgilio Sosa Báez en el año 2002.

2.  Reasignación

En el  2004, tras la toma de posesión del nuevo gobierno de Leonel Fernández, hacen una revisión de las parcelas asignadas, y Sosa Báez vuelve a ser favorecido con la asignación de la parcela.

3.  Otro la poseía

Cuando Sosa Báez va a asumir su parcela para cultivarla se encuentra con que la poseía irregularmente el ganado Julio A. Martínez.

4.  Via Crucis

Ahí Sosa Báez inicia un viacrucis por la recuperación de su parcela que aún no termina porque el IAD no ha hecho cumplir su rol.

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