POR HELEN JÁQUEZ
No existe nada más enriquecedor que resaltar las raíces de un  pueblo por medio del arte. Pues además de agradar a la vista, las artes plásticas, cuando se manejan con sentimiento genuino, permiten  percibir en cada trazo  historias, vivencias o sueños. Siendo posible sentir todo esto, en “Magia-Imagen” del Grupo Wixnamickcin, el cual exhibe su arte en la Galería de Arte Nader.

  Un sólo objetivo y tres visiones artísticas diferentes en Nader 

En ocasiones, por no decir que en la mayoría de los casos, las personas tienden a vivir el día a día sin percatarse en los detalles que les rodean, como son:  las bondades de la tierra,  el valor de las tradiciones o  el susurro del viento.

Mauricio Mejía, Edmundo Otoniel y El- Aleph son tres dignos representantes de las artes plásticas de El Salvador, quienes, invitados por la embajada de dicho país, están exhibiendo desde el 25 de septiembre hasta el 2 de octubre en la Galería de Arte Nader, 24 piezas en acrílico y diferentes formatos, bajo el título “Magia Imagen” del Grupo Wixnamickcin.

Wixnamickcin en la lengua nahuat significa compañero, amigo. Y esto es lo que son estos tres artistas, que desde hace 30 años trabajan por un mismo objetivo, aunque por vías diferentes.

Mejía rescata imágenes de la cotidianidad con la observación constante de las expresiones de su pueblo. Construye en su lienzo lo que se puede catalogar como realismo mágico. En su trabajo se nota un esfuerzo en transmitir las vivencias de su Salvador natal, sus alegrías, sus sueños y angustias.

“Trato de rescatar imágenes cotidianas que están gritando algo más.  Pues lo cotidiano se vuelve mágico. Y un recuerdo… luego  volverlo arte. No son cosas inventadas, sino que están ahí”, expresó Mejía sobre su trabajo.

Crecer en un cafetal, rodeado de naturaleza hace que Edmundo Otoniel se le pueda denominar como “el artista del café”. Otoniel, quien se considera un pintor autodidacta, emplea como tema central de su obra el café, pero enfocado desde todos los aspectos, ya sea social, económico o religioso.

La función de este artista no solo se limita a mostrar una obra bonita, sino que de igual manera educa.

 Por otra parte, se encuentra El –Aleph, quien con apariencia de shamán refleja en su persona lo mismo que plasma en el lienzo: lo místico.  El –Aleph, quien está ligado con lo que es la investigación antropológica,  maneja el concepto de la magia universal, en la que cada ser viviente en la tierra forma parte de ella.

“Palpo cosas que son intangibles para los demás y la afinidad que existe con los seres que nos encontramos a diario en la cotidianidad”, manifestó el artista salvadoreño, quien une su interés por lo esotérico y la magia, que en muchos de los casos no vemos.

Los tres artistas plásticos concuerdan al pensar que la ética y la disciplina es parte importante de su trabajo. Así como también la importancia que tiene su nación como legado cultural para el mundo.

El embajador de El Salvador en el país, Ernesto Ferreiro Rusconi, considera que tanto el sector privado como público deben de poner más empeño en crear cultura y educación, “lo que  fomentando el arte en todas sus manifestaciones, sería un aporte positivo para las nuevas generaciones”. Al valorar la muestra, el embajador expresó que “El objetivo primordial de esta es la de establecer vínculos con la República Dominicana”.

Al igual que establecer un legado de nuestra región, pues El Salvador  está lleno de identidad y de procesos de desarrollo muy semejantes a los que pasan  en otros países, no solo cultural, sino  también socio-económico y político” dijo.