“Master Class”: el mito de la Callas

“Master Class”: el mito de la Callas

 María Callas, la gran diva de la ópera del siglo XX convertida en mito, logra personificarse en la escena a través de la actuación memorable de la diva del teatro dominicano Cecilia García. La obra de Terrence McNally  “Master Class” recoge un momento de la vida de la Callas: las clases magistrales ofrecidas en Juilliard durante  1971-72.  La Callas convierte esas clases en una añoranza donde los recuerdos fluyen como torrentes, intensos como  su  vida  signada por la tragedia;  penas y angustias más que alegrías, triunfos y fracasos, amor y desengaño  marcan su historia.

  La participación de los alumnos permite a la Callas-Cecilia, una interacción con el supuesto público que acude a presenciar las clases,  permitiendo así al público real conocer anécdotas sobre sus grandes triunfos: La sonámbula de Bellini, Medea de Cherubini, y sus relaciones artísticas con Visconti y Bernstein.

Así conocemos sus traumas de infancia, la pobreza en que vivió, su relación de amor con Onassis, y la   pérdida de su hijo, que la llevó irremediablemente  al ocaso moral y personal.

 La estructura narrativa y dramática de McNally, equilibrada y amena, ofrece  múltiples ocasiones  para el desarrollo del personaje, y  Cecilia García las aprovecha  para elaborar un discurso escénico veraz, capaz de transmitir las emociones y lograr  empatía. Se transforma, aborda cada faceta con pasión, el acento italiano le permite un dejo de gracia que se acentúa en  los momentos de hilaridad; tiene además  una personalidad escénica recia, que cautiva.  

a tercera alumna -Dolly García-, con buena actuación,  desencadena el clímax,  sublevándose colérica al sentirse ridiculizada. La Callas no resiste escuchar a la alumna cuando dice que no le gusta su voz y que no quiere acabar como ella. Es  demasiado para su ego y la “Diva” se sumerge en  profunda reflexión que la lleva a un soliloquio final  intenso, en que acepta que ha destrozado su vida artística y personal; no obstante, hay un resquicio de generosidad en sus palabras  cuando pide  a las nuevas generaciones que canten con “honestidad”. Cecilia García logra aquí su mejor momento, nos conmueve. Estamos ante una talentosa actriz que se agiganta con el tiempo. Posiblemente hayamos presenciado la mejor actuación de su carrera. 

 El director, Carlos Espinal,  logra la cohesión y el ritmo apropiado; el marco escenográfico, magnífico,  de Fidel López. Los amantes del teatro y la lírica no se deben perder esta “Master Class”.

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Los personajes

Secundarios

 Los personajes secundarios –los alumnos (Antonia Chabebe y Nelson Veras), con excelentes voces, dan un giro a la fábula que rompe el esquema monologal. La Callas, impertérrita ante lo que considera mediocre,  logra emocionarse ante una bella voz. El pianista -Dante Cucurullo- temeroso de las reacciones de la “Diva” y el tramoyista -Giovanni Cruz- que apenas puede controlar su furia ante las excentricidades,    contribuyen al conocimiento de su temperamental carácter.

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