POR ENRIQUE ROJAS
ESPNdeportes.com
«No robarás» decía escuetamente el séptimo de los mandamientos que de su puño y letra, de acuerdo a la Biblia, entregó Dios a Moisés en el Monte Sinaí para ser usados como la base de las nuevas relaciones entre el creador y su pueblo elegido, Israel.

Los mandamientos recibido por Moisés son la base moral y ética de casi todas las grandes religiones y sociedades modernas, pero afortunadamente no aplican en el béisbol. De lo contrario el dominicano José Reyes estaría en grandes aprietos.

El torpedero de los Mets de Nueva York se ha convertido en el ladrón más temido de las Grandes Ligas, con 198 bases robadas en las últimas tres temporadas y 230 en su carrera de seis años.

En el 2007, Reyes lidera las ligas mayores con 74 robos, nuevo récord en una temporada para un pelotero de los Mets. Además es el primer jugador del cuadro con tres temporadas seguidas de 60 o más robos.

«Me gusta robar», dijo Reyes a ESPNdeportes.com. «Es la parte de mi juego que más me fascina», agregó.

«A confesión de parte, relevo de prueba», dice un antiguo proverbio latino incorporado al lenguaje del derecho universal.

Bajo la tutela del coach de la primera base de los Mets, Rickey Henderson, Reyes se encamina a superar fácilmente la barrera de los ochenta robos, una cifra que solamente ha rebasado un latino, el panameño Omar Moreno, quien tuvo 96 con Pittsburgh en 1980.

«Ochenta es un número redondo que me dejaría satisfecho, pero podría llegar un poco más lejos. Puedo robar más de ahí», dijo Reyes.

«Reyes tiene el talento para robarse 100 bases, pero apenas está aprendiendo a utilizar esas piernas maravillosas que posee», dijo Henderson, el líder de robos de todos los tiempos en las Grandes Ligas, con 1,406.

Henderson, quien jugó por 25 años, superó los 100 robos en tres ocasiones, incluyendo 1982, cuando tuvo 130 y estableció el récord de una temporada.

Pero mientras Henderson y los otros grandes robadores de la historia jugaron en los jardines, Reyes se desempeña en el campocorto, la posición más demandante físicamente del béisbol. Maury Wills, con 104 en 1962, es el único torpedero con 100 estafas en una temporada.

Reyes batea .204 (88-18) con 13 robos y 14 carreras anotadas en 20 partidos desde el 18 de agosto, bajando su promedio de bateo de .303 a .288. Buscando darle un segundo aire, el dirigente Willie Randolph dejó al quisqueyano en la banca el jueves, en el último partido en Cincinnati.

«No es fácil mantener la misma intensidad durante seis meses, pero creo que estoy pasando por una mala racha, una de esas que te afectan de vez en cuando sin importar si estás cansado o fresco», dijo Reyes, quien ha pegado 29 dobles, 12 triples y 10 jonrones entre sus 171 hits. También tiene 104 anotadas y 49 empujadas.

«No tengo miedo de seguir haciendo mi juego, que es tratar de alcanzar bases, robar y anotar carreras», agregó Reyes.

«Es lo más importante de José. El chico no tiene miedo cuando entra al terreno y apenas acaba de cumplir 24 años. Denle tiempo», dijo Henderson.

La mejor valoración de Reyes la ofreció uno de sus antiguos coaches y ahora manager de los Nacionales de Washington, rivales de los Mets en la División Este de la Liga Nacional.

«Reyes no es solamente un jugador de una faceta, aunque es el mejor robador actualmente en las Grandes Ligas, sino que es uno de los jugadores más completos del béisbol», dijo Manny Acta.

«Es uno de mis favoritos», agregó Acta.