“Mi con-ciencia política”  (I de III)

“Mi con-ciencia política”  (I de III)

Píndaro…¿Ahora te metiste a político?… Qué cuento es ese disque de “Con-ciencia política?… ¿Viniste a parar hasta el Parque Central de Baní para esta chercha?

Bueno, Herminio, fíjate: Estamos en época de elecciones y veo que la gente anda por ahí “en banda”, como dicen… Como que no saben qué van a hacer… si quedarse en casa…. ir a “botar” el voto… o ir a “votar”… Lo que me dicen es que están tranquilos… No sé… por ahí dicen que algunos meten mucho la mano…. Y, por otro lado, que la competencia directa de ellos quiere convertirse en papá de ellos… cuando ellos ya tienen su padre vivo… o fallecido… pero que siguen siendo queridos… Hay comentarios al margen de que los otros partidos han tenido que “buscar valla” para seguir con vida.

Anjá Píndaro… ¿Y tú crees que vas a arreglar el mundo con esta reunión en el parque?

No –replica Píndaro-, no pienso arreglar el mundo… pero sí por lo menos en el que estamos metidos hasta el tuétano… Quiero aprovechar que tengo aquí a algunos de mis amigos, para meterme de lleno en el “mundo interno” de los que me leen… Es más, llamé a Baquílides -mi rival en la Antigua Grecia- para que con su sabiduría también nos ayude.

¡Tú no eres más que un fresco, Píndaro! ¿Cómo te vas a meter pa’ lo hondo?… ¿Adentro de la gente?

Ahhh, alguien tiene que hacerlo. Por eso he escogido tres entregas consecutivas para ver si recordamos, unidos, algunas cositas sobre la conciencia, a la que yo en tiempo de elecciones llamo “Con-ciencia política”… pero que para esta primera entrega sólo la dejo en “conciencia”.

Interrumpe entonces nuestra amiga María, que por cierto anda –como siempre- con Rubén, su media naranja, y exclama:

“La conciencia es parte integrante del ser humano, es aquello que se encuentra en lo más profundo del hombre- mujer,  una ley que él-ella no se da a si mismo(a),  sino a la que debe obedecer, ya que su voz resuena- cuando es necesario- en los oídos de su corazón, llamándole siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal”. 

Diantre, María… ¡qué dura entraste!

Y, nuestro amigo Wikito mete la cuchara y señala que, a efectos prácticos, la conciencia se refiere a la capacidad que nos indica qué está bien o mal en las cosas que suceden a nuestro alrededor, y en nosotros mismos.

En una palabra, lo que nos quiere decir es que, si somos inteligentes y no “ñames”, podemos modificar nuestro entorno y superar las restricciones que nos han impuesto.

Y Píndaro exclama… ¡Cuando sabemos lo que está pasando con nosotros y le ponemos nombre y apellido –como dicen vulgarmente- tenemos conciencia!

Anjá… Píndaro… ¿Y qué fuñenda es esa de “las restricciones que nos han impuesto? –dice Herminio-.

Bueno, mira –nos dice-, para tener conciencia tenemos que tener bien claro que, como ciudadanos de un país, estamos en la obligación de vivir con dinamismo, unidad o totalidad, subjetividad, intencionalidad y, para que no se me olvide, con un conocimiento muy certero de las vainas que están pasando.

En la medida en que nos comprometemos a jugar un papel en lo que pasa hoy día, en esa misma medida formamos lo que llamamos “conciencia”. Si no lo hacemos así, somos inconcientes y, por tanto, irresponsables con nosotros… con los demás… y, con los demás de los demás.

Pero Píndaro –pregunta Baquílides-… ¿Y cuántos tipos de conciencia hay?… Porque yo veo por ahí que mucha gente se cambia el saco dependiendo de lo que le convenga… Por ejemplo, “Ahora me voy con este partido porque hace unos años no me convenía… pero, hoy s픅 o, “Me voy a este mitin, porque me garantizaron una Tarjeta –de la vieja… o, de la nueva que van a agregar… y me dieron pa’la gasolina en el bandereo”… ¡No entiendo, Píndaro!… ¿Cómo es que esto se ha vuelto tan sencillo y, a la vez, tan manipulado?

Por ahora, sólo te he puesto a pensar para que, en la próxima entrega… cuando nos volvamos a juntar aquí en el parque… te pueda explicar por qué a muchos les dicen “los descerebrados políticos”… Nuestra función cerebral, tiene diferentes desarrollos –nos dice Píndaro- a los que les podemos sacar mucho provecho… Mientras el hacha va y viene… ¡siéntate y amárrate el cinturón… que, este carro… acaba de arrancar!

Publicaciones Relacionadas