POR JOSELIN RODRÍGUEZ
Aunque tiene un título bastante sugerente, “Mujeres en cuatro posiciones” nada tiene que ver con el sexo. Más bien, la obra, que quiere ser un tanto crítica, relata la vida de cuatro féminas comunes y corrientes, marcadas por su pasado con un matiz de tragedia e insatisfacciones.

Yamilé Scheker y las presentadoras de televisión Luz García, Carmen Elena Manrique y María del Carmen Hernández dan vida a Luisa, Bebé, Samanta y Marina, mujeres cuyas historias no escapan a la realidad de estos tiempos.

Escrita por Manrique y dirigida por Germana Quintana, la trama se desarrolla en un exclusivo gimnasio, en donde las protagonistas se conocen y crean una serie de situaciones que mueven a risa y a la reflexión, esto último por su contenido moralista. La obra fue patrocinada por Pinturas Tropical.

El machismo, el lesbianismo, las cazadoras de fortuna, la intolerancia y los maltratos físicos y verbales son algunos de los temas en los que gira la obra y sobre los cuales las actrices quieren llamar la atención durante la hora y cuarenta y cinto minutos que tiene de duración.

Yamilé es la señora madura de buena posición, que anda tras los pasos de un joven buenmozo al que pueda conquistar. Es homofóbica, un tanto intolerante y dominante. Luz es la joven de “vida alegre”, que sabe lo que quiere (un “turpen” al que pueda atrapar en sus redes) y que cayó en la prostitución a raíz del abandono de su madre y la enfermedad que contrajo su padre. María del Carmen es la típica esposa y madre abnegada, que por mantener su estatus ante la sociedad no le importa recibir agresiones físicas verbales de su esposo, quien además le exige dinero. La debutante Manrique es una lesbiana, que se siente agobiada y desesperada ante una sociedad que la rechaza por su condición de amar a las mujeres.

Luisa, el papel que Yamilé personifica, es el que más aplausos obtuvo. Su exquisita y atrevida actuación logró captar el interés del público por la hilaridad que provocó en distintas ocasiones. Por ejemplo, cuando demostró lo intolerante y conquistadora que puede ser.

Luz, en su actuación de Bebé, logra acoplarse. Ella, que representó a una joven inculta cibaeña, que es bien conocedora de las lides del amor, se acomodó en su papel, en el que también hacía de mediadora. En algunas escenas se notó que se había equivocado, pero pudo retomar nuevamente su guión y salir airosa.

María del Carmen, que al igual que Luz ya actuado en algunas obras teatrales, se acogió a su personificación de mujer sufrida e ingenua. Algunas de sus escenas mejor logradas fueron en la que ve como ella se repliega ante la actitud abusadora de su compañero y aquella en la que se libera de su yugo. Una actuación que provocó mucha risa fue cuando se dejó acariciar por su joven entrenador.

Carmen Elena, quien ha actuado en telenovelas, tuvo un papel bastante aceptable. Su representación de lesbiana y defensora de su derecho de hacer lo que mejor le plazca, lo hizo bien. No fue muy acertado lo del canto, pues los temas “Valió la pena”, “A mi manera” y “Oye mi canto”, no estuvieron a la altura.

“Mujeres en cuatro posiciones” es una obra un poco “light” con la que el público se reirá.

Cositas y cosotas 

La segunda función realizada en el auditorio del Domínico Americano no estuvo llena por completo.

La obra estuvo cargada de palabras fueras de tono.

Además de debutar en las tablas dominicanas, Carmen Elena Manrique se estrenó como cantante, pero sonó un tanto fría y sin chispa.

La veteranía de Yamilé Scheker fue uno de los puntos fuertes. Su actuación conquistó los mayores aplausos.

En el momento en que Luz García agradecía el apoyo, pidió un “fuertísimo” aplauso para la productora y directora del montaje.

Hubo una escena en la que Yamilé y Carmen Elena detuvieron su actuación para poder reírse. Esto fue cuando Manrique le dijo a Scheker que se actualizara, porque se parecía a Superman.  

La obra contó con las actuaciones especiales de José Manuel Rodríguez, Carla Hatton y Junior Abreu.