“Negras amorosas” de Olga Correa

“Negras amorosas” de Olga Correa

Las llama “Negras amorosas”, al punto que donde va se las tiene que llevar. Tienen 40 años de vida y todas son distintas. Para su creadora, la profesora Olga Correa, son esas negritas de nosotros, “trabajadoras a morir, llenas de hijos, y mientras más mejor, a veces con tantos que le siento uno en el zapato, o se le suben por las piernitas o se le cuelgan por la nuca, y con otro en la panza. Y eso es divino”.

Anda con su cámara por aquí y por allá, buscando temas y detalles que resalten la belleza de la gente morena, que le parece linda. De esas fotografías saca las ideas, mujeres que venden pescado, limones o frutas.

Comenta con gran emoción que a todas les gustan los colorines, y que son muy lindas: unos dientes blancos, colores aceitunados, llenas de trencitas o moñitos. Las considera muy coquetas, con una combinación de colores preciosos.

Y a su juicio, con seguridad es típico en nuestro medio, “porque somos países distintos, pero somos la misma gente y nos hemos dividido tanto, por tantas bobadas, que es una tristeza. A todos nos gustan las flores, las frutas, las cositas ricas de la vida, vivir en paz. La vida es igual en todas partes, y aquí no me he sentido extraña. Así como en mi taller trabajando. Es mi mundo y yo no tengo fronteras”.

La profesora Olga Correa, maestra en acabados artesanales en papel, piedra y mosaico, fue invitada por la Embajada de Colombia en el país, para dictar el curso sobre “Terminados en madera y papel maché”.

El curso se desarrolló dentro del programa cultural titulado “Colombia nos une”, que busca integrar en torno a la cultura artesanal colombiana a dominicanos representantes del cuerpo diplomático y colombianos residentes aquí.

Según expresó la profesora Correa, durante la semana que duró el curso, las participantes aprendieron cómo se hace, prepara y moldea las figuras, además de trabajar técnicas diversas, de modo que las personas que no habían trabajado con ello antes vean lo entretenido y lo fácil que resulta.

“Yo les dije: vamos a jugar, porque así es que uno aprende. Lo importante es que cada quien quede satisfecho con lo aprendido. No eran personas con experiencia y eso es lo lindo, ver la felicidad de que se les abre otro mundo, que se pueden entretener en su casa y otras ayudan a minusválidos. Estoy feliz por ello”.

[b]Exposición “El arte en la decoración”[/b]

“El arte en la decoración” es la exposición que presentará la profesora Olga Correa en la Sala de Arte del Museo El Castillo de Colombia, el jueves 13 de mayo. La experta presentará sus tinajas que son de barro, pero que las hace parecer de cerámica con una técnica que inventó.

En cada pieza ha plasmado esos detalles que forman parte de la historia del diseño desde el siglo XVII, lo que a su entender empezó en Bélgica y lo llevaron a Turquía, donde sacaron este diseño en la cerámica y los azulejos. Es así que va tomando de cada país hasta trabajar sus tinajas.

Correa, maestra en acabados artesanales en papel, piedra y mosaico, fue invitada por la Embajada de Colombia en el país, para dictar el curso sobre “Terminados en madera y papel maché”.

Dentro de la exposición, realizará un homenaje a Frida Khalo que ha denominado “Mi rincón de Frida Khalo”. En él incluye un mueble que es puro follaje y en la parte frontal cuenta con un autorretrato de ella. También, una muñequita de Frida sentada en una sillita que trajo de México.

“Una Fridita Khalo sentada como es ella, llena de collarcitos. Ella amaba la naturaleza, los pájaros. Tomé su obra y respeté sus colores y formas. Ella fue transparente, pinto lo que sintió”, agregó.

[b]Ficha[/b]

Olga Correa nació en Colombia. Realizó la carrera de arquitectura en la Academia de Bellas Artes, de Florencia, Italia. Pero antes de ello estudió arte y decoración en Medellín, Colombia.

Ha sido profesora en varias universidades y academias, en las ramas de historia del arte, papel maché y cursos de pintura. También ha realizado exposiciones en Medellín, Bogotá y Cali, en Colombia; y también en Florencia, Lima, Miami y Guatemala.

Siente que no ha perdido un minuto de su vida, que lo ha dedicado ciento por ciento al trabajo, “es así que ya cuando mis hijos están grandes, puedo dedicarme a estas locuritas, sembrando semillas en todas partes, porque como yo he sido tan feliz, si logro darle esas pequeñas cosas a la gente, es la mayor sensación de mi vida”.

Confiesa que no quiere ser famosa, porque cuando uno se vuelve famoso hay exigencias de un montón de cosas que no valen la pena. Solamente quiere dar y nada más, ya que cuando se ama el trabajo se progresa, simplemente porque seguimos trabajando.

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