Hoy 
POR RICARDO R. ROSA
SANTIAGO.- Los denominados niños buzos, aquéllos que se ganan la vida hurgando entre los desperdicios del vertedero de Rafey, desde hace un año vislumbran la posibilidad real de abandonar ese sistema de existencia y emprender el camino de la preparación escolar.
Y todo gracias a que una organización no gubernamental que tiene su base en Asturias, España, ha fijado su atención en el sector santiaguense de La Mosca, ubicado justo al lado del área donde se depositan todos los desechos de la ciudad.
Se trata de la entidad española Cometas de Esperanza, que asociada con la Fundación Barceló, hace un año se estableció en el barrio, con el objetivo de dar la oportunidad a sus habitantes de cambiar su forma de vida y que los niños se preparen para un futuro más promisorio.
Es un trabajo para titanes, pero el director del proyecto Niñas y Niños Buzos, el español Oscar Faes García, está convencido que se puede mejorar el sistema de vida de esas personas, con quienes desde entonces vive y las motoriza para que se preparen para un mejor futuro.
Gracias a la ayuda que frecuentemente recibe desde España, por parte de la entidad con la que labora, Faes García ha logrado empezar con buen pie el desarrollo del proyecto al construir una escuela-comedor donde reciben clases y alimentación 82 de los casi 200 niños que bucean diariamente en el vertedero.
El objetivo del proyecto es que todos los niños buzos del lugar se dediquen al estudio, por lo que se adquirieron unos terrenos donde funciona la escuela-comedor y se trabaja en su ampliación para ser inaugurada en septiembre próximo, lo que coincidirá con las patronales de Nuestra Señora Virgen de Covadonga.
De acuerdo a los planes, en el local que se edifica funcionará una biblioteca y un dispensario médico, se impartirán cursos a las madres, y se construirá una pequeña iglesia católica, con el propósito de complementar la educación humana con los valores espirituales. Además una pequeña escuela de cine y teatro.
Ya existe un acuerdo con la secretaría de Educación, por medio del cual esa entidad oficial reconocerá los grados académicos que logren los niños en la escuela que funciona en La Mosca. La ONG Cometas de Esperanza y la Fundación Barceló asumieron el compromiso de dar seguimiento económico a los niños que sigan los estudios iniciados allí, inclusive con el pago de su preparación universitaria.
