CARMEN HEREDIA DE GUERRERO
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Los actores Teófilo Terrero y Mario Lebrón, iniciaron las presentaciones de su nueva compañía de teatro, T & M Productores Asociados PROA- llevando a escena en la Sala Ravelo, la obra Papi de Carlos Gorostiza, bajo la dirección del experto Danilo Taveras.
Podríamos decir que la compañía empieza con buen pie, al escoger una obra de Carlos Gorostiza, destacado autor argentino, quien en 1949 con su obra El puente, abrió una nueva era en el teatro argentino.
Perteneciente a la llamada generación del 60, sus obras muestran la realidad urbana de los diferentes estratos sociales y sus personajes arquetípicos. En Papi encontramos un texto dramático interesante en el que subyace una crítica mordaz hacia aquellos que viven de la explotación de los demás; la acción desarrollada en tiempo real, muestra una realidad común a todas las épocas. La obra, una tragicomedia cercana al grotesco criollo argentino, entendiéndose como grotesco lo que es cómico por efecto caricaturesco, burlesco y extraño, presenta un mundo de escarnio donde los personajes universales y cercanos, psicológicamente complejos una prostituta, un proxeneta, un supuesto representante y su representado un pelotero quien es llevado a la casa de Tatiana, en busca de placer, son parte de la realidad cotidiana de nuestro tiempo.
El humor porteño, transformado en dominicano -con sus giros y expresiones propias- mantiene ese carácter ácido y corrosivo que le son propios, llegando por momentos al humor negro; la adaptación del texto es uno de los logros de esta puesta en escena, de ahí los diálogos naturales, directos, entretenidos, con una gran dosis de hilaridad que el público recibe con una sonrisa y hasta una carcajada.
Danilo Taveras, un director de actores, sabe inducir y dejar hacer, posibilitando a los actores la recreación de los personajes a los que adicionan sus propias vivencias. Mario Lebrón elaborara un excelente exponente del chulo, resaltando sus contradicciones y disquisiciones. Ramia Estévez, con visu de originalidad, logra que la prostituta- no caiga en el clásico cliché que envuelve este personaje; hay espontaneidad y gracia en sus giros de marcada ingenuidad. Teo Terrero es un actor natural, con gran dominio de la escena, maneja las pequeñas transiciones de su personaje el representante del pelotero- con gran acierto. Por su parte el novel actor Guido Guerrero reproduce un perfecto yo-u con sus clásicos movimientos pendulares y su cortante y escasa forma de hablar, en inversa proporción a su abundante musculatura.
Esta versión de este personaje, le da al montaje criollo una connotación de actualidad.
Terrero y Lebrón logran una comunicación impresionante, uno y otro se complementan en una magnífica dialéctica actoral.
La obra inicia con el juego del teatro dentro del teatro, aunque sólo como referencia, y nos remite a una escena de La dama de las Camelias, representada por Tatiana, quien aspira a ser artista, incentivada supuestamente por su Papi. La escena sirve, por su teatralidad, como contraste a la naturalidad que desborda la acción en toda la obra.
La minimalista escena creada por Marcelo Felder, las luces discretas de Bienvenido Miranda, y la hermosa melodía Sueño de Amor de Listz, para simbolizar el sueño de Tatiana, propician el espacio lúdico perfecto para la acción teatral de moderado movimiento, y predominio de la palabra.
1. Danilo Taveras
El director, posibilita a los actores la recreación de los personajes.
2. Mario Lebrón
Elabora un excelente exponente del Chulo.
3. Ramia Estevez
Logra que la prostituta no caiga en el clásico cliché que envuelve este personaje.
4. Teo Terrero
Actor natural, con gran dominio de la escena en Papi.