“Policías acostados” siguen sin eliminar

“Policías acostados” siguen sin eliminar

POR MARIEN A. CAPITAN
Un mes después de que el presidente Leonel Fernández anunciara la eliminación de los lomos o policías acostados innecesarios en las vías alternas, la mayoría de esos obstáculos continúan dificultando el tránsito. Esta fue una de las medidas que Fernández anunció el doce de septiembre pasado como parte de un plan para reducir las importaciones de petróleo.

En este plan se incluyó la alternabilidad en la circulación de vehículos del transporte público de pasajeros y el horario de trabajo de las estaciones de venta de combustibles.

Otras medidas anunciadas pero que no se han puesto en práctica son el establecimiento de dispositivos electrónicos en las estaciones de peaje para agilizar el flujo de vehículos y proveer de energía permanente los circuitos de semáforos en el Distrito Nacional y el establecimiento de paradas fijas para autobuses y minibuses.

LUGARES CON MUCHOS «POLICIAS»

Pinatini, Evaristo Morales, Paraíso y la Urbanización Fernández son tres de los sectores donde más policías acostados hay.

Esto se debe, por un lado, a la gran proliferación de colegios que se han instalado en esta céntrica zona capitaleña. Amén de que en ese caso los policías acotados son necesarios, la cercanía de los colegios, maternales y guarderías ha convertido la zona en un infierno para los moradores, quienes se quejan del caos que se ha generado en el tránsito.

Algunas calles en las que están estos colegios tienen el «privilegio» de ser las que más policías acostados tienen. Una de ellas es la Máximo Avilés Blonda, donde hay cinco: dos de un maternal, tres sin sentido; y la Rafael Augusto Sánchez, donde hay tres por un colegio y dos que, aunque ahora sobran, fueron colocados por el mismo motivo.

Estos dos últimos, sin embargo, deberían ser removidos  porque son tan  incómodos que parecerían haber sido hechos como si se quisiera castigar a los conductores que pasan por ahí: están hechos con piedras y son sumamente altos.

Pasando a otras calles que son incomodísimas está la Manuel de Jesús Troncoso, que tiene seis. Con tres hay muchísimas. Entre ellas están la calle Max Henríquez Ureña, Federico Geraldino, Porfirio Herrera, Angel Severo Cabral y la Poncio Sabater.

Con dos policías están la Héctor Incháustegui casi esquina Federico Geraldino, la Calle 6, David Ben Gurion, Parábola, Radial y Rafael Bonelly. Con uno está la Virgilio Díaz Ordóñez, la Padre Emiliano Tardiff, y llegando al Quisqueya, en la Bohechío.

Cambiando de zona, en el Millón se aprecia que en la marginal de la avenida Núñez de Cáceres hay cuatro. Las palmas, sin embargo, se las lleva la Hermanas Roques Martínez (antigua Presa Río Bao) una calle que tiene seis policías acostados a pesar de no tener ningún colegio cerca. ¿El problema? Como viven muchos militares por ahí, difícilmente los quiten.

La Palacio de los Deportes, por otra parte, tiene tres; la Winston Arnaud, uno; y la Francisco Prat Ramírez tiene cuatro (sin mencionar otros cuatro que están frente a colegios).

En Los Restauradores, donde las calles son muy cortas, sorprende encontrar tres en la Carlos Lora, dos en la Olegario Tenares, cuatro en la Juan Luis Franco Bidó, seis en la Juan de la Cruz Alvarez, tres en la Norberto Torres; cuatro en la Canoabo y dos en la Belisario Curiel.

¿MAS O MENOS? EL DILEMA

La zona universitaria también cuenta con una gran cantidad de policías acostados. Sin mencionar los que llevan hasta la universidad, que son excesivamente altos y han provocado verdaderos disgustos a más de un conductor, en todas las calles del área hay bastantes obstáculos.

Esto, dicen los vecinos, es necesario porque en el área suele haber muchos accidentes.  Para ellos, incluso, sería necesario que se pongan más. Pero, ¿aguantaría una calle como José Dolores Alfonseca, donde hay tres, un policía más? Lo dudo.

Tampoco se podría poner en la Huáscar Tejada, una vía que es de pequeña dimensión, no tiene salida pero cuenta con dos policías acostados.

Conduciendo hasta Bella Vista, se ve que muchas calles tienen policías acostados. Algunas son «anónimas» porque carecen de letrero. Entre las identificadas están la Selene, con dos; la Helios, Las Ceibas, con uno; y Apolo con uno.

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