“Primer maestro” y defensor de la Patria

“Primer maestro” y defensor de la Patria

Aunque las celebraciones del Día del Estudiante acapararon el interés nacional porque en la fecha se inauguró el Club Universitario y se fundó la Asociación Nacional de Estudiantes, ANE, en la semana del 12 al 18 de marzo de 1961 María Martínez de Trujillo sorprendió al país con la negativa a aceptar que le erigieran un busto. Pero más inaudita fue la denuncia de “El Jefe” de que en el Banco Agrícola existía un monopolio en la venta del arroz, que él se aprestaría a descontinuar para que todo el interesado en dedicarse al negocio pudiera ejercerlo libremente.

 Otra noticia de impacto se produjo el 13 de marzo: la creación en el Banco Central de una sección comercial que atendería cuentas de ahorro, depósitos a plazo fijo “y cualesquier otras cuentas, así como en general, realizar con el público todas las demás operaciones propias de los bancos comerciales…”

La República estaba saturada de esculturas y retratos de casi todos los miembros de la familia Trujillo pero Caonabo Dolores Reyes Durán, presidente de una subjunta del Partido Dominicano,  propuso la erección de un busto de la Primera Dama en el ensanche “Nuestra Señora de los Ángeles”. Ella rechazó la idea, proponiendo que se donara el dinero a la “Sociedad Amigos de los Desamparados”. “Yo me sentiría más feliz viendo salir de un rancho miserable a esas familias que contemplando un busto mío”, replicó la consorte del Generalísimo, en gesto considerado falso por quienes conocían en la intimidad a la encumbrada señora.

Causó extrañeza la actuación del “Benefactor” en el supuesto monopolio del arroz, y aún se ignoran los motivos de su declaración, ya que tenía centralizadas todas las instituciones.  El 16 de marzo había revelado que traería un experto asiático que aplicara sus técnicas en cultivos para que el producto pudiera venderse a un precio más bajo.

Club Universitario.  Con más esplendor que todas las fechas que Trujillo consagró en el calendario dominicano fue celebrado el 13 de marzo, “Día del Estudiante”. El Rector AD Vitam de la Universidad de Santo Domingo y Primer Maestro, como fue declarado el sátrapa, no sólo recibió con pose  más digna de un galán de cine que de un educador el enaltecedor discurso que le dedicó Iván L’Official, mayor de la Guardia Universitaria “alineado marcialmente frente a la sede del Ejecutivo”, sino que bailó “con suma gracia” dos merengues, uno con Yolanda Tavárez y otro con Rhadis Abreu Blondet, a petición de ellas, en la ostentosa inauguración del club que “donó” en Güibia y del cual fue madrina su  consorte.

El dictador casi entraba en los 70 años de edad, pero lucía vigoroso recibiendo en la mañana el homenaje de la Guardia Universitaria y declarando: “Contad con mi brazo para blandir mi espada dondequiera que fuera necesario, y con mi cerebro y mi inteligencia para defender el porvenir de la Patria, que son ustedes”.  En la noche dio tan rítmicos pasos a los acordes de la orquesta “Generalísimo Trujillo” dirigida por Goyo Rivas, que todos hicieron ronda para aplaudirlo. Le acompañaron en la inauguración José René Román Fernández, Luis Enrique Montes de Oca Desangles, Marcos Antonio Jorge Moreno, Mélido Marte y Virgilio Álvarez Pina.

El padre Leopoldo Carpio impartió la bendición y José Manuel Machado, rector de la Universidad, y su esposa Dora, recibieron a los invitados. 16 “damitas” representantes de las ocho facultades de la Universidad, leyeron pensamientos de exaltación al “insigne guía de la clase estudiantil”. La orquesta de la Guardia Universitaria ofreció “varias selecciones” y luego el conjunto electrónico de Paolo Soprani puso a bailar a los presentes entre brindis de cerveza, refrescos y bocadillos.

Hasta el 13 de marzo de 1961 el local fue sede del Casino del Caribe. Trujillo lo entregó a la Universidad para “solaz esparcimiento” de sus estudiantes. La primera edificación, de madera, había sido de 1924 cuando se inauguró como “Club de Güibia”, pero el ciclón de San Zenón la arrasó en 1930 y fue reconstruida en blocks y concreto a finales de ese año como “Casino de Güibia”, informó el ingeniero Antonio J. Guerra. Recordó que para la reinauguración de 1961 “se resanaron techos y vigas (las varillas afloraban por la corrosión marina), se cambió el portaje y se colocó el letrero indicando “Club Universitario”, acompañado de las cinco estrellas del Generalísimo. A 20 metros de la orilla había una torreta de concreto con un trampolín, que desapareció”.

El arquitecto Rafael Hernández manifestó que la obra fue realizada por Guillermo González, con terrazas que se abrían a la playa y que durante un tiempo funcionó allí el Centro de Investigaciones de Biología Marina, que dirigía Idelisa Bonnelly de Calventi.

Cuando fue director de Educación Física de la UASD, el ingeniero Hamlet Hermann llevaba estudiantes a nadar con instructores y a realizar prácticas de judo y karate. Allá se trasladaban también asambleas y otras reuniones de la ya Universidad Autónoma.

El Club, afirmó Guerra, duró en buen estado hasta la guerra de abril de 1965, después “cayó en un deterioro progresivo, aunque había mesas de ping pong y se daban clases de natación y submarinismo”. Desde 1966 funcionó ahí la primera escuela de karate del país, iniciada por José Ramón (Cuqui) Reyes Chardón.

Hoy el Club Universitario luce descuidado y prácticamente abandonado.

Además de visitas a  Julia Molina  para entregarle flores, y  desfiles escolares con baterías y redoblantes, el 13 de marzo se fundó la Asociación Nacional de Estudiantes en asamblea celebrada en el Palacio del Partido Dominicano. Miguel Ángel Jiménez, secretario de Educación, orientó los trabajos  en los que fue asambleísta Ana Joaquina Bacó Ramírez.

Formaron el comité central los jóvenes Abraham Selman Hasbún, presidente; Rafaela Niobe Taveras Peña, vicepresidenta; Belkis Virtudes Vélez, secretaria de actas; Pablo Garrido Poueriet, secretario de correspondencia; Luz Marina Aybar, tesorera; Roberto Rojas Mata, Gisela Germania Lenderborg Urraca, Milagros Rafaela Soto Lluberes, Adle Antonio Ramírez Payano y Nelly Ruiz Biaggi, vocales.

Jiménez dijo que la ANE se creó con el fin de que todos los escolares de primaria y secundaria mantuvieran buena disciplina  y dedicación al estudio “y por tanto al conocimiento de nuestra historia, en la cual se destaca el inmenso valor patriótico que representa el rectorado cívico del Ilustre Generalísimo Doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina”. El presidente de la Asociación expresó que trabajarían “porque la sociedad sea digna de la Era inmortal que vive la República y durante la cual ha recibido la juventud dominicana la más noble protección y los más elevados estímulos del Primer Maestro de la República…”.

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