“¿Qué es el arte moderno para ti?”

“¿Qué es el arte moderno para ti?”

Así empiezan las preguntas… En el Centro León una exposición excepcional de obras maestras que nadie se puede perder. La muy nutrida representación de Picasso hará descubrir para muchos, en dibujos originales, su iconoclasia genial

(I)
No creemos que habrá, en  República Dominicana, un evento comparable antes de muchos años, si lo hay… Más aún, quienes han visto decenas de exposiciones en grandes museos del mundo, consideran que ésta figura entre las mejores, porque no solamente presenta una selección increíble de artistas mayores del siglo XX con obras de ellos, también muy juiciosamente escogidas, sino que las hace dialogar con los visitantes.

Esa práctica interactiva del Centro León caracteriza sus contactos con el público, invitado a mirar de tal forma que las exposiciones quedarán en su memoria, pero “¿Qué es el arte moderno para ti?” ofrece una oportunidad única por las piezas cimeras exhibidas, en primer lugar. Luego, plantea al contemplador una nueva y grata situación, solicitándole sus opiniones directa e individualmente, propiciando su reflexión y un modo de mirar distinto, ¡mientras las instituciones no suelen acordar atención al desconcierto reinante ante obras difíciles de interpretar!

Aquí, papel, lápiz, pizarra, cola, tijeras, video, internet, hasta un juego de espejos se nos ofrece libre y privadamente, para que nos expresemos. Podemos identificarnos o permanecer anónimos, podemos depositar nuestras palabras y grafismos en urnas, podemos limitarnos a la introspección y la interiorización muda del asombro… Lo cierto es que nadie olvidará este tiempo de fruición ante el genio, y muy probablemente querrá volver.

La exposición. Tres instituciones han sumado sus competencias para alcanzar estas metas expositivas: el Centro León, la Fundación Cisneros, la Colección Patricia Phelps de Cisneros. A los recursos de sus fondos respectivos, han agregado préstamos externos considerables, multiplicando los contactos sin descorazonarse ante las máximas exigencias. Ahora bien, ¿quién culpará a dueños y guardianes de tesoros de la creación por querer preservarlos? Entre los que concibieron el proyecto, la mística de la educación a través del arte nunca vaciló, y más de dos años fueron necesarios para concretar los magníficos resultados que tenemos por delante.

En las exposiciones del Centro, la museografía es muy importante, y en esta particularmente, acorde con el desarrollo del guión, otro elemento siempre destacado: por la naturaleza misma de la presentación y su propuesta didáctica, por las metas de comprensión general e interpretación propia, es fundamental guiar / seguir al espectador… ¡pero que él se sienta libre de devolverse y así retornar –es solo un ejemplo– hacia el primer Picasso para apreciar mejor los siguientes y una volubilidad genial!

El arquitecto Pedro José Vega ha desplegado magistralmente su geometría en el espacio. El visitante se siente físicamente envuelto por la alternancia de rectas y curvas, la sucesión de paredes y volúmenes abiertos, la colocación de un núcleo central para consulta y descanso,  aun otras pequeñas pausas para el pensamiento y las respuestas escritas. La exposición abre con un panel casi monumental, portador de la frase clave: “¿Qué es el arte moderno para ti?”. Y nosotros estamos confrontados dramáticamente con dos “visiones”,  en el piso la opacidad de un montón de desechos tecno-informáticos (¡definición de lo moderno según una encuesta!), en el aire, la transparencia de un precioso móvil de Calder, poema visual que proyecta ritmos y acentos en sombra ligera. La malicia nos haría interpretar la barbaridad de una instalación “contemporánea”, versus la exquisitez de una corporeidad escultural moderna…

La magia ha empezado, y el primer segmento “¿Cómo representar el movimiento en el espacio?” nos inicia, luego de un hormigueante dibujo de Jackson Pollock, con el segundo gran choque estético del conjunto, una formidable pintura de Francis Bacon que hace girar y vibrar la quintaesencia de un retrato. Le sucede una singular “provocación” en el arte moderno, la pintura de Pablo Picasso y emblema de la exposición, “Cabeza estilizada”, surrealizante y perturbadora, a la vez figura y de-figuración, que, sí, puede requerir una aproximación conceptual, tanto o más que la “demultiplicación” cubista de la imagen.

Por cierto, la muy nutrida representación de Picasso hará descubrir para muchos, en dibujos originales, su iconoclasia genial y reversible en neoclasicismo, su virtuosidad incomparable en la forma y la línea. Antes de concluir estas líneas y despedirnos hasta la próxima semana para otro análisis, queremos celebrar la hermosura de un gran cuadro de Matisse, simétrico, lúdico, maravillosa composición floral de “papiers collés”. ¿No dijo el entonces pintor patriarcal, que ya no salía: “Me he hecho un pequeño jardín, todo alrededor, donde yo puedo pasear?” Su espacio, su movimiento, su pintura…

Cuatro segmentos y preguntas:

¿Cómo representar el movimiento en el espacio? ¿Cómo reinterpretar una historia? ¿Cómo desafiar la percepción que tenemos de la realidad? ¿Cómo cuestionar el lenguaje?

Publicaciones Relacionadas

Más leídas