“Ruminaciones” de un liceísta agradecido  

“Ruminaciones” de un liceísta agradecido  

Quizás este anglicismo por “rumias”, que es la manera correcta en castellano de referirse al acto de rumiar o “considerar despacio y pensar con reflexión” cualquier asunto, me sea permitido porque después de todo el béisbol se inventó en inglés.

La cuestión es que mi hijo menor -liceísta igual que todos en mi familia- termina este año su bachillerato y nunca en su vida había visto al Escogido lejos del sótano, mucho menos jugando buena pelota y ni en sueños ¡disputándose un play-off con algún equipo que no fuera el Licey o las Águilas!

 Tras 18 largos años, el otro equipo capitaleño, el “home-team” del Estadio Quisqueya, recupera el cetro de la pelota profesional dominicana; ese triunfo provoca estas “ruminaciones”.

Quizás lo primero es que, si se restablece la vieja rivalidad entre los tigres y leones, tantos amigos míos más jóvenes entiendan lo que consideran una aberración de parte mía, y es que después del Licey mi equipo favorito sean las Águilas Cibaeñas. En mi juventud muchos liceístas siempre preferimos ver ganar a las Águilas en vez de al Escogido. Ahora, con este resurgir de los Leones, gracias a la aplicación de una gerencia adecuada y a la inversión de tres acaudaladas familias capitaleñas cansadas de perder en pelota cuando han ganado siempre en todo lo demás, renace la esperanza de que los partidos de fin de semana entre azules y rojos vuelvan a ser tan apasionantes y disputados como lo fueron hace tantos años.

Al béisbol dominicano le hace bien que haya ganado el Escogido y sin renegar ni un ápice en mi liceísmo, me alegra mucho que tantos escogidistas recuperen la fe en la novena de Marichal y los Rojas Alou. Es una cosa tan inusual que gane el Escogido, que el domingo al ver las banderas rojas en la Churchill ¡pensé que era un resurgir del Partido Reformista!

Me alegró el triunfo escogidista especialmente por mis amigos perredeístas, en particular Andy, que por fin logran saborear algún triunfo tras tantos años de perder y no sólo en pelota. Es un piadoso respiro para lo que al parecer les viene encima en mayo. La pelota encierra valiosas lecciones políticas. Para ganar, los Leones se re-inventaron rescatando sus raíces y dejaron de insistir en el error.

¡Ojalá vayan igual de inspirados a la Serie del Caribe!

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