“Salterio y Lamentación”

“Salterio y Lamentación”

POR MARÍA MERCEDES
Pablo Armando Fernández tiene entre sus más significativos tesoros el libro Salterio y Lamentación, cuya primera edición salió a la luz pública hace medio siglo en el Lyceum de la Habana, Cuba, su país natal. Sin duda, además de la cantidad de años que tiene esta obra, otro detalle que la hace única y especial es que fue la primera creación literaria que regaló a los lectores.

Tomando en cuenta que los libros nunca pierden vigencia, este escritor se acercó a nosotros para que los amantes de la poesía supieran que nuevamente será presentada una nueva edición.

Narró que el año pasado, cuando se cumplió el 50 aniversario de esta publicación a sus amigos Geo Ripley, de Tierra Tierra Fundación; Avelino Stanley, de Cocolo Editorial y José Leonardo Martínez, de la editorial Carieva se les ocurrió hacer una reimpresión, cuya carátula reproduce la original con viñeta del pintor haitiano Sasha Tebó.

Dijo además que la mayoría de los poemas fueron escritos en Nueva York, entre 1951 y 1953, Estado norteamericano donde vivió desde 1945 hasta 1959. “Este libro es un regreso a la familia, al hogar, a la patria, que en este caso es la naturaleza, a mis orígenes”.

Muy sonriente, afirmó que se enorgullece de que 50 años después esa obra sea presentada en Santo Domingo, con viñetas de maestros y noveles artistas plásticos haitianos, cubanos y dominicanos, quienes le rinden homenaje no sólo al poeta, sino también al buscador de similitudes de Cuba-Santo Domingo, y viceversa.

Pablo Armando Fernández destacó que el prólogo fue escrito por el poeta cubano Cintio Vitier, quien resume el contenido como “versos coloquiales, despeinados, vehementes, testimonios y rescates, y de pronto sonetos perfectos: este discurso salía del Padre Nuestro hacia el mundo que nos ha tocado vivir, pero cada poema está como un árbol batido por el viento, en su lugar”.

Dijo que curiosamente hay un poema que hace mención del país y fue escrito en 1951 cuando aún no había tenido la oportunidad de visitarlo. En la página 34 está el fragmento que dice: “San Pedro de Macorís, nube. En el Cibao anda la voz. De Santiago trajeron los azahares y los aros dorados”.

El escritor cubano expresó que con República Dominicana tiene una relación tan especial que ni el mismo puede explicar, pero que nació cuando residiendo en Nueva York conoció a varias damas dominicanas quienes capacitaron  su espíritu para la obra y la vida.

Por esa amistad que les une a las y los dominicanos les invitó a que lo acompañen hoy miércoles 1 de septiembre en la Fundación Global y Desarrollo, donde será presentado a las 6:00 p. m. 

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